CABELLO CONCEDE BARINAS, PERO...
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@cneesvzla - La Junta Nacional Electoral designó este
domingo la Comisión AD HOC encargada de totalizar las actas faltantes del cargo
de gobernador en el estado Barinas, en cumplimiento de lo establecido en el
artículo 377 del Reglamento de la Ley Orgánica de Procesos Electorales (Lopre).
(Hoy deberían completar el proceso de las 3 “actas faltantes” ,… unos 1.000 votos más o menos)
► CRÓNICA DE UN FRAUDE ANUNCIADO
► RECTORES-CNE PIDEN AL “PLAN REPÚBLICA”
ENTREGAR LAS 3 ACTAS CON RESULTADOS EN BARINAS
Cabello: “Respetaremos los resultados en Barinas, pero impugnaremos si necesario”
El Nacional- El 1ervicepresidente del PSUV , Diosdado
Cabello, aseguró que respetarán los resultados electorales en el
estado Barinas, pero que impugnarán de ser necesario.
«Nosotros hemos perdido alcaldías por cinco votos, pero donde haya
que impugnar se impugna. Ahora, donde ganemos por un voto, la vamos a defender
sin importar lo que diga el mundo entero», aseveró.
En entrevista con con el periodista Ernesto Villegas, Cabello se
refirió a la situación del estado Barinas, luego de disputas entre el chavismo
y la oposición ante la falta de resultados oficiales por parte del Consejo Nacional
Electoral (CNE), sobre esa
gobernación.
«Para nosotros Barinas es Chávez, es un bastión nuestro. De ahí
nació el comandante Chávez. En la última campaña el comandante dijo “de
Sabaneta para Miraflores”, y arrancamos aquella épica. Tiene para nosotros una
razón espiritual», afirmó.
YA LO DIJO JORGE,“EL HONESTO”: ES IMPOSIBLE QUE NOS ARREBATEN LA DERROTA" …
El Jefe de la ZODi 32 -José Serrano- que
tiene en sus manos 3 actas originales de
las elecciones regionales realizadas en Barinas -con un estimado de 240 votos- el
pasado 21N debe ser arrestado, destituido y puesto tras las rejas. No puede ser
que un oficial del Plan República haga lo que le da la gana en una elección.
Reporte
Ya @RGarciaMarvez: "Es lógico
pensar que Superlano ganó las elecciones en Barinas. De haber sido Argenis
Chávez, del PSUV, los militares no tuvieran secuestradas las actas desde hace,
hoy, 7 días. Ya el #CNE lo
hubiera proclamado gobernador días atrás".
Traffic Caracas @hfsalasromer - “…dicen que la familia Chávez amenazó al régimen – Maduro con dar a conocer “muchas cosas” irregulares si les quitan la victoria …”
Persecución y castigo
El Nacional:- : Para eso han servido las
fuerzas de “seguridad” del gobierno chavista, para amedrentar y asustar, para
cumplir venganzas y para sembrar el terror.
Y para eso están siendo utilizadas en los
últimos días, después de las elecciones del 21 de noviembre. Por si algún
opositor tenía dudas de que los psuvistas iban a aceptar la derrota en algunos
municipios.
Después de los comicios se ha desatado la persecución de
concejales y alcaldes opositores que resultaron vencedores y este tipo de
acciones no puede tener otro objetivo sino meter miedo a los que asumirán los
gobiernos locales.
Se llevan preso por horas a los electos y luego los sueltan sin ni
siquiera decirle el motivo de la detención. Saquean las oficinas y las dejan
vacías, como si con eso fueran a evitar que las nuevas autoridades asuman en
sus regiones.
Lo de
Barinas merece un capítulo aparte, pues es la máxima prueba de que
enterraron y pusieron la cruz al capital político que les heredó Hugo Chávez.
Y allí
hay que dejar claro que la actitud de Superlano es valiente y debe entusiasmar
a todos los que le dieron su voto, pues está dispuesto a defender cada uno.
Esta es una victoria que significa mucho más que una simple gobernación, y por
eso no hallan cómo hacer para arrebatársela.
También
merece mención el anuncio de que los peajes del puente sobre el lago y todo el
estado Zulia pasarán a la administración central, porque esta es una medida
dirigida a ahogar financieramente a una región que de manera consistente ha
expresado su desacuerdo con el gobierno chavista y ahora tiene un gobernador
que así lo demuestra.
Estas medidas de persecución, desconocimiento o estrangulamiento
financiero no son nuevas. Han sido práctica del chavismo desde que llegó a
Miraflores y desde las primeras elecciones que organizó Chávez siendo ya
presidente.
Es un mensaje claro y directo de que no les gusta que les
arrebaten ni siquiera una porción del poder, y además de que tienen las armas y
los recursos para fastidiar al que se atreva. El nombramiento de “protectores”
fue otra de las cosas inventada por ellos para sacarle los recursos a las
regiones.
Al final, los perjudicados son los habitantes de estas zonas,
hayan votado en contra del chavismo o no. Gobernaciones sin recursos, alcaldías
sin apoyo, concejos municipales que son más un cascarón vacío son consecuencia
directa de la mezquindad del chavismo. Como decía el difunto: “Con Chávez todo,
sin Chávez nada”.
Esto contribuye al deterioro de la calidad de vida del venezolano
y hay que decirlo bien claro, para que la gente entienda que las votaciones por
sí solas no pueden ser la respuesta para “recuperar espacios”. Los gobiernos
regionales y locales la mayoría de las veces tienen las manos atadas, si son
opositores. En conclusión, el cambio necesario es otro.
¿Quién paga los platos rotos?
Raúl Fuentes
«El día en que
lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana para esperar
el buque en que llegaba el obispo». Así comienza una aclamada
novela corta de Gabriel García Márquez, cuyo título —Crónica de una muerte anunciada—,
manoseado mediáticamente hasta la saciedad, devino, si no en frase hecha o
lugar común, en comodín bueno para encabezar relatos de infortunios y reveses
presentidos.
En atención a la derrota
victoriosa del PSUV y el triunfo numérico y disperso de la heterogénea
disidencia, podríamos remedar al Gabo y escribir de esta guisa: «El día que íbamos a perder de nuevo,
nos levantamos a las 5:30 de la mañana para esperar la apertura de los centros
de votación…», y, de aquí en adelante, continuar con una reláfica
de lamentos tan predictibles como el descalabro incubado, en detrimento de la
unidad, por la disgregación grupuscular. Acaso la abstención fue un mensaje
para sordos: el silencioso, aunque contundente ¡ya basta! de una población harta no solo del chavismo, sino
también, y no podemos ignorarlo, del divismo de una oposición narcisista, ajena
a las necesidades y aspiraciones de quienes dice, cree o pretende representar.
Cuando estas líneas se publiquen
habrán arreciado los sermones del desengaño y más de uno, sin entonar el mea culpa de rigor,
debió incurrir en sesudos comentarios y exhaustivos análisis de lo ocurrido, a
fin de minimizar la arrechera de los votantes decepcionados. Aquí vale la pena
apelar a la sabiduría de Winston Churchill o, mejor dicho, a una flemática
sentencia suya, anillo al dedo o dedo al ano de quienes propusieron, sin
sopesar riesgos, participar sin más en el chimbísimo proceso comicial del
pasado domingo: «El político
debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año
que viene; y
de explicar después por qué fue que no ocurrió lo que predijo».
Campeará naturalmente el inevitable regocijo de quienes, ¡yo se los dije!,
despachan el asunto como una estafa perpetrada de común acuerdo entre la narco
o nicodictadura y las diversas variantes de su contra. Sus pareceres, fundados
en la posesión de una verdad absoluta e irrefutable —dogmática e imperativa
revelación divina—, buscan sorprender mas no logran convencer, pues ellos y
ellas arrastran largos e inocultables rabos de paja. Son, como los
destinatarios de su tóxico discurso, víctimas de las estratagemas atomizadoras
del régimen.
Divide et impera (divide
y vencerás) es una frase endilgada al dictador romano Julio César, colgada
asimismo a Nicolás Maquiavelo y a Napoleón Bonaparte; la autoría es
irrelevante, pero en tanto táctica para la conquista y conservación del poder,
compele a quien la cita a presentarla como argumento magister dixit (no lo
digo yo, lo afirmó Fulano de Tal, Mengano de Cual o el mismísimo Don Cojones de
la Mancha). Sembrar cizaña entre el adversario y comprar adhesiones bajo
cuerda, procuró y logró el oficialismo a objeto de torpedear la concertación de
la oposición democrática.
Las votaciones fueron tildadas de
fraudulentas por los gobiernos de Colombia, Canadá y Estados Unidos —la
canciller canadiense, Mélanie Joly, manifestó: «Como en el caso de 2018, las condiciones para elecciones
libres y justas no existen todavía en Venezuela»; por su
parte, el gobierno de Joe Biden las descalificó y sigue reconociendo el
interinato de Juan Guaidó—, y ni siquiera se acercaron a los estándares de la
Unión Europea (la Misión Observadora, en su informe preliminar, subrayó «la falta de independencia judicial y
la no adherencia al Estado de Derecho»). El gobierno español
destacó las principales trampas del chavismo a fin de ponerle las manos a 19 de
23 gobernaciones y 212 de 335 alcaldías en liza: «inhabilitación arbitraria de
candidatos de la oposición, el acceso desigual a los medios de comunicación, la
falta de independencia judicial y el irrespeto al Estado de Derecho». El País, abarcando mucho y
apretando poco, metió su cuchara buscando amoratar el caldo y, en editorial del
miércoles 24, señaló: «El
hartazgo y la desafección con las autoridades de la sociedad venezolana, en
crisis permanente desde hace más de un lustro, son mayúsculos y la política ya no está entre las
principales preocupaciones de los ciudadanos».
Los resultados y sus
consecuencias permiten cortar kilómetros de tela; en el plano especulativo,
abundará el si condicional, motor de distópicos escenarios y parloteos de
botiquín, improcedentes en un balance más o menos serio y desinteresado de lo
acaecido el 21 de noviembre. Habrá quienes, al dar por suficientemente debatido
el tema y pasar la página, dejarán caer una cita de consolación, convirtiendo
el fracaso en palanca del éxito. El empresario, evocará a Henry Ford: «El fracaso es una gran oportunidad
para empezar otra vez con más inteligencia»; el intelectual, a
Shakespeare: «Algunas caídas
son el medio para levantarse a situaciones más felices»; otros, a
tono con el bicentenario de su nacimiento (11-11- 1821), a Fiodor Dostoievski:
«Después de un fracaso, los
planes mejor elaborados parecen absurdos».
Radicales y guerreros del teclado
se aferrarán a una inicua convicción de Joseph de Maistre (1753-1821),
diletante saboyano y virulento enemigo de la Revolución francesa enaltecido
como filósofo por los críticos de la ilustración, autor de una infame aserción
elevada a la categoría de memorable máxima «todo
pueblo tiene el gobierno que se merece» —André Malraux
(1901-1976) la modificó y escribió «…no
es que los pueblos tengan los gobiernos que se merecen, sino que la gente tiene
los gobernantes que se le parecen»—. La adjetivamos de infame
porque generalmente se usa para, a modo de resignación y con arrogante
desprecio de las masas, culpabilizar a estas de los desaguisados de quienes las
conducen. Sin embargo, sobre todo teniendo en cuenta el modo de accionar de un
régimen de dudoso origen y cuestionada legalidad, cual el espuriamente
presidido por el Sr. Maduro, podríamos pronunciarnos en sentido contrario a la
muy reaccionaria aserción y sostener: «Todo
gobierno se da el pueblo que se merece».
Para sustentar esa tesis basta
con observar cómo los voceros de la revolución bolivariana, mediante la
publicitación de un presuntuoso afán de redención de humillados y ofendidos, se
hizo de una variopinta clientela, a cambio de misérrimas limosnas, a objeto de
contar con su respaldo comicial —en declive y en vías de extinción, a juzgar
por el bajón continuo de su curva de votantes—. Mientras hubo cobres, se forjó
un excluyente «pueblo chavista»; en el cual, en torno a gente humilde aspirante
sempiterna a una vida mejor, se agruparon oportunistas y vividores de toda
índole, forajidos y matones reclutados en el lumpen proletariado y organizados
en pandillas que confunden propaganda, participación y militancia política con
vocinglería, agavillamiento y asociación para delinquir. Tal «pueblo» a la
medida es, en el fondo, un amasijo informe y promiscuo, una merienda de negros
para usar una expresión políticamente incorrecta, del cual la gente sensata
toma cada vez mayor distancia, vislumbrando que la revolución no lo va a sacar
de abajo; por el contrario, lo mantendrá en estado de coma asistido, a objeto
de esperanzarlo en una utópica jauja cada vez más lejana.
Quizá, tras el cómo y el por qué
del fiasco sufragista, se esté colocando en segundo plano la responsabilidad de
la dirigencia opositora. ¿Quiénes deben pagar por los platos rotos? La
dirigencia incapaz de acordar alianzas, dejando de lado sus agallas y con el
bien colectivo en mente, está moralmente inhabilitada para actuar en nombre del
soberano. Están raspados y en esa materia habrá exámenes de conciencia, mas
difícilmente de reparación. Un par de semanas atrás sugerimos de convocar a un
encuentro nacional del país opositor —partidos, gremios, sindicatos, universidades,
la sociedad civil en general— orientado a renovar el liderazgo opositor y poner
orden en el tablero político, no al modo oportunista de María Corina (epítome
de la pureza, la inmarcesible lideresa de Vente Venezuela trae a nuestra
memoria imágenes de Rafael Caldera y Aristóbulo Istúriz ganando indulgencias en
el Congreso Nacional con el escapulario del 4F). Esta convocatoria se nos
antoja urgente y necesaria, sobre todo por la pretensión madurista de
determinar quiénes son los voceros y cuáles los partidos opositores Ya el
psicogacelo asomó una recomposición del suspendido conversatorio azteca.
Veremos si quienes pusieron el petardo del domingo reinciden en la coprofagia,
se engolosinan con los caramelitos de cianuro de la negociación y tropiezan por
enésima vez con la misma piedra. Nos abocaremos entonces a pergeñar otra
crónica de un fracaso anunciado, sin importar la frase hecha o el lugar común.
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