“3 EN 1" , LUBRICANTE CON ¿FUTURO ?
EL COLAPSO DEL INTERINATO Y EL FUTURO DE LA OPOSICIÓN - Manuel Malaver
CHAVISMO APRUEBA PROYECTO DE LEY QUE CRIMINALIZA A LAS ONG
ORTEGA, SOCIO DE MADURO YA DISOLVIÓ MÁS DE 3.000 ONG EN NICARAGUA - DW
Manuel
Malaver – Especial para EdC - Si no fuera por las multitudes de
docentes que desde el lunes 9 de enero pasado tomaron las calles de Venezuela
para protestar contra el salario de bambre que la dictadura de Maduro les ha
fijado en 30 dólares mensuales, podría establecerse que la entronización del
sistema socialista en el país sigue sin mayores perturbaciones y que dentro de
poco seremos una segunda Cuba aunque con v´´iaas de escape que incluyen la
frontera terrestre y los vuelos aéreos.
Pero
hay también focos de enfrentamientos y revueltas en la llamada “Zona de
Hierro,” que tienen como centro a la ciudad de Puerto Ordaz o Ciudad Guayana,
donde los obreros de las otroras prósperas empresas del hierro, el aluminio y
la bauxita han tomado sus lugares de trabajo como puntos de resistencia y
piden, no solo que se rescate el que fue el segundo emporio de exportación
minero del país, sino que sus salarios que, igualmente, no alcanzan los 30
dólares se nivelen con los estándares mundiales.
De
los hospitales en vías de colapso, de las haciendas agrícolas y ganaderas
abandonadas y convertidas en rastrojos después que Chávez y Maduro las
expropiaron para convertirlas en socialistas y “propiedad” de los trabajadores,
de las empresas de servicios como las eléctricas, del suministro de agua y
telefonía también llega la presión de la que antes fue una fuerza de trabajo
reconocida en la región y el mundo por su competencia, su afán por superarse y
responsabilidad frente al Estado y la sociedad.
En
otras palabras que, solo en la sesión que simultáneamente realizaban en Caracas
los diputados de la Asamblea Nacional electa el 5 de diciembre del 2015 para
elegir su nueva Junta Directiva y decidir la suerte del gobierno paralelo
opositor conocido como Interinato -y sobre todo de su presidente, el
asambleista Juan Guaidó - no se
escuchaba una sola referencia a los sucesos que sacudían al país, como si fuera
una política de estos representantes del pueblo no inmiscuir en las acciones de
confrontación y lucha que el pueblo mismo llevaba no muy lejos del histórico
recinto.
Y
quizá sin proponérselo, los diputados reunidos en una sala del Palacio Federal
Legislativo en Caracas y los obreros que se abatían contra las fuerzas
represivas del régimen en Ciudad Guayana, Lecherías, Barinas, San Cristóbal,
Calabozo y Maracay nos traían en vivo y directo las imágenes contrapuestas de
estas dos oposiciones que han surgido en el seno de la sociedad venezolana
desde el 6 de enero de 2019, cuando una fracción de diputados liderada por Juan
Guaidó de “Voluntad Popular” ganó la mayoría para presidir la AN, y semanas
después, en un Cabildo Abierto en el Este de Caracas, pidió y obtuvo el
respaldo para proclamarse “Presidente Interino” de la República, hasta que el
pueblo en la calle hiciera realidad el programa d
1) - Cese de la Usurpación, Elecciones Libres s Libres y
3) Gobierno de Transición.
En
otras palabras que, la llave para dar paso a una política bloqueada desde que
Maduro asumió el poder luego del fraude perpetrado el 13 de abril del 2013 y que
se fundamentaba en el hecho de que, como la Constitución Bolivariana solo
admitía como forma legal para destituir al presidente la convocatoria a unas
elecciones donde las mayorías elegieran al nuevo Jefe del Estado, el Poder
Ejecutivo tenía la facultad de reprimir a todos los que quisieran desplazarlo
violando el texto constitucional.
Solo
que en este caso, como Maduro había sido electo a través de un fraude y el
Poder Legislativo como producto de unas elecciones constitucionales, este
último podía activarse para exigirle o la devolución del Poder Ejecutivo o la
repetición de unos comicios libres e independientes que decidieron a quien
correspondía ejercer legítimamente el poder.
Como,
lógicamente, el dictador no aceptó la petición, Guaidó fue nombrado presidente
Interino y lo llamó a un diálogo para decidir pacíficamente. Electoralmente, la
controversia.
Entre
tanto, el país pasó a ser regido por dos poderes, el Ejecutivo que lo ejercía
fraudulentamente y el Legislativo que lo ejercía legitímamente Guaidó.
Era
una solución novedosa en el contexto de un país gobernado por una dictadura
marxista que, no obstante, había permitido que el Poder Legislativo fuera
ejercido con mayoría absoluta de la oposición
Y
esta fue la razón por la que el pueblo venezolano apoyó mayoritariamente al
presidente Interino, Juan Guaidó y a la Asamblea Nacional e internacionalmente
fueran reconocido por 60 países, aparte que se le concedieron facultades para
actuar como propietarios y salvaguardas de los activos del país en el extranjero.
Maduro,
entonces, fue objeto de un aislamiento feroz, se le presionó para que convocará
a unas elecciones libres y objeto de continuas sanciones para obligarlo a
someterse a un veredicto popular que legitimara o deslegitimara su gobierno.
El
gobierno Interino, su presidente Guaidó y la AN convocaban, por su parte,
diversas y permanentes movilizaciones para obligar al tirano a aceptar las
peticiones que surgieron de la reunión del 6 de enero del 2019, pero que al no
lograr que cediera se desviaron hacia una aventura golpista perpetrada el 30 de
abril para que el pueblo tomara el Palacio de Miraflores y los cuarteles
también fracasada y que concluyó con la fuga del Presidente de “Voluntad
Popular”, Leopoldo López, de su lugar de
reclusión, su casa y su petición de refugio en la embajada de Chile en Caracas,
para después viajar a España con un status de asilado.
Puede
decirse que después del fracaso de la intentona golpista del 30 de abril del
2019 y del traslado del presidente de “Voluntad Popular”, Leopoldo López a
España (que era el verdadero jefe del gobierno Interino), así como de numerosos
dirigentes y activistas que tuvieron que
tomar el camino del exilio por la persecución del madurismo, la movilización de
la oposición en las calles del país fue reducida a niveles notables, en tanto
que, los partidos que estructuraban el gobierno opositor tuvieron que mudarse
al extranjero para continuar las tareas que les asignó su condición de
administración gubernamental paralela.
Lo
cual, al verla forzada a defender los activos del país sujetos a demandas en el
extranjero por los incumplimientos de Chávez y Maduro, la convirtió en “un
gobierno en exilio”.
Ello
significó que los ingresos que también generaban los activos que no estaban
sujetos a demandas cayeran en manos de políticos opositores pocos conocedores
de la legislación administrativa nacional e internacional y los mismos se
emplearan para pagar nóminas de políticas exilados que debían procurarse
recursos de fuentes que en absoluto estuvieran relacionados con dinero que
pertenecían a todos los venezolanos.
Resaltemos
que se trató de una circunstancia que contribuyó al crecimiento de la
burocracia opositora en el exterior, de la denuncia de líderes opositores por
malversación de fondos y al final del cruce de denuncias por corrupción entre
dos de los principales líderes exilados: Leopoldo López y Julio Borges.
Pero
sobre todo, destrozó el prestigio, la confianza y credibilidad de la mayoría de
los venezolanos en el Interinato y su presidente Guaídó y al final su
disolución por una mayoría de diputados que obedecen órdenes de Henry Ramos,
Julio Borges y Manuel Rosales.
Hoy
puede decirse que la oposición venezolana apenas dispone de tres líderes que se
mantuvieron alejados de las malandanzas de Interinato: María Corina Machado,
Andrés Velásquez y Antonio Ledezma y de las multitudes que desde el 9 de enero
piden aumentos salarios, nuevo gobierno y nueva oposición.
Sin
embargo, es apresurado pronosticar si habrá punto de encuentro entre estos
líderes y sus partidos que vienen de la vieja oposición, con la nueva que está
naciendo, que está en la calle y cuya cultura política tiene pocas
coincidencias con las glorias y caídas de una era que no se puede olvidar: la
de las luchas de los venezolanos contra las dictadura de Chávez y Maduro.
El próximo lunes 23 de Enero se celebrará el 65 aniversario de aquella gloriosa fecha que derrocó la dictadura del tirano Marcos Pérez Jiménez: es seguro que despejará muchas claves sobre el futuro de la oposición venezolana
rés
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