“3 EN 1" , LUBRICANTE CON ¿FUTURO ?

EL COLAPSO DEL INTERINATO Y EL FUTURO DE LA OPOSICIÓN - Manuel Malaver CHAVISMO APRUEBA PROYECTO DE LEY QUE CRIMINALIZA A LAS ONG ORTEGA, SOCIO DE MADURO YA  DISOLVIÓ MÁS DE 3.000 ONG EN NICARAGUA   - DW Manuel Malaver – Especial para EdC - Si no fuera por las multitudes de docentes que desde el lunes 9 de enero pasado tomaron las calles de Venezuela para protestar contra el salario de bambre que la dictadura de Maduro les ha fijado en 30 dólares mensuales, podría establecerse que la entronización del sistema socialista en el país sigue sin mayores perturbaciones y que dentro de poco seremos una segunda Cuba aunque con v´´iaas de escape que incluyen la frontera terrestre y los vuelos aéreos. Pero hay también focos de enfrentamientos y revueltas en la llamada “Zona de Hierro,” que tienen como centro a la ciudad de Puerto Ordaz o Ciudad Guayana, donde los obreros de las otroras prósperas empresas del hierro, el aluminio y la bauxita han tomado sus lugares de trabajo como punto...

‘El NICO-VIRUS CAMINA POR AMÉRICA LATINA'...



- MOISÉS NAÍM: “LA CATÁSTROFE DE VENEZUELA SE IRRADIA EN LA REGIÓN”

- BIDEN ANUNCIA LA “BATALLA POR LA DEMOCRACIA

- "LOS ATAQUES CONTRA LA DEMOCRACIA NO SERÁN TOLERADOS": BIDEN A PUTIN

 

"Hoy la democracia en todo el mundo está bajo amenaza, presión y retos, y América Latina no es la excepción. Es muy difícil para un gobierno democrático manejar las consecuencias de una pandemia de impacto global", señaló el escritor y economista venezolano

 

 

Moisés Naim

El Mercurio – Chile - Miembro del think tank Carnegie Endowment for International Peace de Washington, exdirector de la revista Foreign Policy y exdirector ejecutivo del Banco Mundial, entre otros cargos, el escritor y economista venezolano Moisés Naím es uno de los analistas políticos más destacados e influyentes de América Latina.

Naím expondrá este jueves en la conferencia anual de la Sociedad Nacional de Minería, en el marco del Mes de la Minería, y en entrevista por videoconferencia con El Mercurio señala los peligros para la democracia en la región, los focos de conflicto que representan Venezuela, Nicaragua y Perú, los desafíos y oportunidades relativos a la pandemia y los avances del proceso constituyente en Chile.

·   Senador cercano a Biden aboga por mayor apoyo internacional a Colombia para asistir a migrantes venezolanos

·   Colombia expulsa a presunto espía sirio-venezolano

América Latina en crisis

–¿Cómo ve el panorama regional en este momento, con gobiernos de corte autoritario y populismos en distintos puntos, todo en medio de la pandemia?

–Hoy la democracia en todo el mundo está bajo amenaza, presión y retos, y América Latina no es la excepción. Es muy difícil para un gobierno democrático manejar las consecuencias de una pandemia de impacto global, las repercusiones económicas, las condiciones preexistentes que había en América Latina cuando llegó la pandemia. Cuando llegó la pandemia las calles ya estaban ardiendo. Las protestas sociales, había una situación económica muy mala.

América Latina está pasando por una etapa muy complicada. Afortunadamente, los últimos meses ha aumentado significativamente el precio de los commodities, las materias de exportación más importantes de una gran mayoría de los países de América Latina, que depende de sus ingresos en más de 50% por la venta de commodities . Entonces, como los precios están altos, pues, las economías están teniendo un poco de ayuda. Pero como sabemos, los precios de los commodities suben y bajan. Cuando suben hay jolgorio y cuando bajan hay miseria. Ojalá tarden en bajar, pero eso es un ciclo histórico en América Latina.

–¿Es un momento histórico especialmente tenso para la región considerando la pandemia y las protestas sociales de 2019 en varios países?

–Claro, tenemos muchas cosas que no nos han pasado antes. Los sistemas sanitarios de América Latina siempre dejaron mucho que desear, y la pandemia ha agudizado eso. América Latina tiene uno de los índices más altos, si no el más alto, de trabajo informal. La pandemia ha hecho más agudas las dificultades de trabajar de esa manera.

En fin, hay una serie de condiciones que estaban allí, que América Latina las está sufriendo, y una de las esperanzas es que la crisis -que de todas maneras es muy profunda- motive y cree el caldo de cultivo para que se den las reformas que América Latina tiene pendientes.

La lista de cosas que hay que cambiar es conocida, pero hay desacuerdo en cómo hacer para cambiarlas.

Las prioridades

–¿Cuáles cree que son las reformas prioritarias?

–Estoy pensando en la reforma del sistema educativo, las reformas de la política fiscal, de los impuestos, cómo se originan y a dónde van, en el sector público y su funcionamiento interno, en el sistema judicial. En fin, hacen falta muchas reformas económicas que aumenten la productividad y competitividad internacional de América Latina, que están pendientes. Entonces, quizás la crisis crea las condiciones para hacerlo. No hay que desaprovechar la crisis para quizás llevar adelante las reformas, pero vamos a ver si eso ocurre.

–Las proyecciones económicas para este año son favorables, pero después no se sabe. ¿Impediría esto realizar estas reformas pendientes?

–Así es, debido al aumento del precio de los commodities, Chile, por ejemplo, va a tener un crecimiento excepcional este año. Todo eso es la recuperación de años de estancamiento, de lockdown, de estar cerrados, el precio del cobre que está muy alto. Como tú dices, la gran pregunta es si ese crecimiento tan importante que va a haber en el año 2021 es sostenible y perdurará en 2022 y 2023.

–¿Qué opina del debate que ha surgido por las ayudas fiscales en los países de la región?

–Lo primero que hay que reconocer es que un gobierno que obliga a su gente a quedarse en sus casas, sin ir a trabajar, tiene la obligación de tener políticas que permitan que esa familia sobreviva y tenga acceso a alimentos, a los servicios públicos. Entonces eso casi que no puede ser un debate.

El debate ocurre cuando se habla de la magnitud del apoyo fiscal y cuál es el periodo y la permanencia, y ahí hay grandes variaciones de país en país. Muchos países, casi todos, están dando apoyo a financiero, monetario a la gente económicamente afectada por la pandemia. Pero las variaciones en su ejecución, en cómo son hechos en la distribución entre la población rural y la urbana, la distribución etaria de las ayudas, varía muchísimo de país en país.

–¿Cómo ha visto el proceso constituyente de Chile?

–Es muy temprano todavía (para evaluarlo). Pero yo sí he alertado varias veces, incluyendo en conversaciones previas que hemos tenido, del peligro que hay en los cambios constitucionales que terminan siendo una declaración de otorgar derechos constitucionales que ningún Estado es capaz de dar. Por supuesto que queremos que todos tengan vivienda decente, pero que esté en la Constitución no va a garantizar que eso ocurra. Es una cosa ideal, pero hay que tener mucho cuidado con una Constitución que sea muy larga en concesiones y en derechos, y muy corta en obligaciones.

–Por como está transcurriendo hasta ahora, ¿ve similitudes con otros procesos?

–Lamentablemente, en América Latina no. Las constituciones en América Latina en épocas contemporáneas, finales del siglo XX y hoy, esencialmente han sido trucos para concentrar el poder en quien ya lo tiene. Lo vimos en la Venezuela de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, lo vimos en Centroamérica, en Ecuador, en Nicaragua, en Bolivia. La idea es utilizar la Constitución para hablar de muchas de las cosas buenas que hay que hacer y meterle unas condiciones que le dan más poder al Ejecutivo que ya existen.

La preocupación

–¿Qué países o zonas ve más preocupantes o que representen mayores peligros para el conjunto de la región?

Las tragedias de América Latina las conocemos, y en estos momentos su expresión más aguda de tragedia son Nicaragua y Venezuela.

Es terrible lo que está pasando ahí. Es terrible también lo que está pasando en Perú. La situación de Perú es inherentemente inestable, renunció el canciller, hay mucha turbulencia con respecto a Perú y su nuevo gobierno. Esos son los tres países que tienen mucha inestabilidad interna y están irradiando inestabilidad internacionalmente. El principal de ellos es Venezuela. La catástrofe socioeconómica de Venezuela está irradiándose a otros países a través de los refugiados, pero también a través del activismo de Nicolás Maduro y su régimen en otros países de América Latina.

–¿Y ve algunos casos de países destacables?

–Al lado de estas malas noticias hay dos muy interesantes, muy peculiares. Una buena noticia tiene que ver con la República Dominicana. Es un país que está creciendo mucho, que tiene crecimiento sostenible, esencialmente basado en el turismo pero también tiene minerales y agricultura. No quiere decir que República Dominicana no sea un país muy pobre, con desigualdades importantes, pero hay progreso notable, significativo, que no necesariamente es visto con frecuencia.El otro que es la gran sorpresa es Guyana, un país muy pequeño y que acaba de hacer descubrimientos de petróleo, y va a ser uno de los países con mayor producción petrolera per cápita en el mundo. La actividad petrolera va a generar dinamismo en otros sectores y servicios, y Guyana va a ser el país más rico per cápita en América Latina.

Los "colectivos" son a Maduro  lo que son los "talibanes" a los muhlas de Kabul
 

Caracas en el espejo de Kabul

“Hace largo tiempo el territorio venezolano, como el afgano, no es controlado por el Estado. El poder está peligrosamente repartido entre muchos intereses. Kabul no está tan distante”…

Julio Castillo S.  – Runrunes - Las imágenes desgarradoras de la entrada de los talibanes a Kabul nos han helado la sangre a todos. Tenemos la sensación de que el mundo civilizado les ha abandonado y es verdad. Sin embargo, esta nota no va de análisis de las responsabilidades de Trump, de Biden o de la Unión Europea sobre lo que allí está ocurriendo. Aunque sea mucha la que tienen.

Lo que aquí queremos poner de relieve es cómo ha sido posible que un ejército de más de 300.000 efectivos, formado, equipado y asistido por las principales potencias del mundo, no ofreció la más mínima resistencia contra los enemigos para cuyo enfrentamiento se habían formado.

La respuesta a esta interrogante es más simple de lo que creemos y es esta: el ejército afgano era el mejor pagado de la región, con el mejor armamento y el mejor equipamiento. Tenía aviones, tanques y comunicaciones sofisticadas, pero era un ejército comandado por oficiales corruptos y defendían un gobierno al que nunca sintieron como propio.

Afganistán es una suerte de Estado fallido y la revancha del Talibán era una cuestión de tiempo.

Es verdad que algunos avances se habían producido, pequeños pero importantes, sobre todo en el respeto a los derechos de mujeres y minorías. No obstante, el Estado afgano era una ficción sostenida por la asistencia financiera y militar del extranjero. Su columna vertebral, sus cuerpos armados, nunca desarrollaron un espíritu de cuerpo; estaba infiltrados por el Talibán e influido por los señores feudales de la guerra ligados, casi todos, al negocio del opio y a la trata de personas en muchos confines del país.

¿Tiene algo que ver Venezuela con esto?

Creemos que sí y mucho. Hace largo tiempo el territorio venezolano no está controlado por el Estado.

En efecto, Apure, el Arco Minero, los barrios de Caracas, las zonas que controlan bandas como el Tren de Aragua y los alrededores de Paria y Araya, por donde salen al Atlántico toda suerte de chucherías peligrosas, son una demostración evidente de que el poder está peligrosamente repartido entre muchos intereses.

Maduro sabe de esto. Está absolutamente consciente de que duerme con el enemigo y que mientras más escaseen los recursos; mientras menos dinero haya para satisfacer las apetencias de quienes le apoyan con la fuerza, más peligroso e inestable es su régimen.

Esa es una (de las muchas razones) por las que hoy está sentado en México. Necesita que levanten las sanciones para seguir pagando lealtades. Necesita recursos para que la bolsa del CLAP con gorgojos, con frijoles chinos incomibles y sardinas vencidas, pueda volver a tener cosas decentes para comer. Sabe que sus mecanismos de control social ya no funcionan. Está claro que ya para nadie es una amenaza que le quiten los bonos de la patria y menos el empleo de 4 dólares mensuales que paga.

Maduro se ve en el espejo de las elecciones internas del PSUV. Sabe que no movilizó ni a un 9 % de la población votante. Sabe que no tiene de dónde crecer y que si la oposición se une (ojalá lo haga) perdería casi todas las gobernaciones y alcaldías y que el costo político internacional de un fraude masivo sería altísimo.

En Venezuela, a Dios gracias, no hay la amenaza del Talibán a las puertas de Caracas, pero Maduro sí sabe que a menos de 500 metros del palacio de Miraflores están los barrios más grandes de América Latina y que algún día pueden sacudirse el polvo de la pesadilla que vivimos, de las colas de la gasolina, del gas, de la falta de vacunas, de la indolencia gubernamental y pueden llegar a tocar las puertas de la casa de Misia Jacinta.

Comentarios

Entradas populares de este blog

MADURO : “¡…Y ME QUITAN LAS SANCIONES!”

TENGA GRATIS SU “PRTN” (para después de Maduro)

MADURO, AMAL ESTÁ ARMANDO TU EXPEDIENTE - CPI