“3 EN 1" , LUBRICANTE CON ¿FUTURO ?

EL COLAPSO DEL INTERINATO Y EL FUTURO DE LA OPOSICIÓN - Manuel Malaver CHAVISMO APRUEBA PROYECTO DE LEY QUE CRIMINALIZA A LAS ONG ORTEGA, SOCIO DE MADURO YA  DISOLVIÓ MÁS DE 3.000 ONG EN NICARAGUA   - DW Manuel Malaver – Especial para EdC - Si no fuera por las multitudes de docentes que desde el lunes 9 de enero pasado tomaron las calles de Venezuela para protestar contra el salario de bambre que la dictadura de Maduro les ha fijado en 30 dólares mensuales, podría establecerse que la entronización del sistema socialista en el país sigue sin mayores perturbaciones y que dentro de poco seremos una segunda Cuba aunque con v´´iaas de escape que incluyen la frontera terrestre y los vuelos aéreos. Pero hay también focos de enfrentamientos y revueltas en la llamada “Zona de Hierro,” que tienen como centro a la ciudad de Puerto Ordaz o Ciudad Guayana, donde los obreros de las otroras prósperas empresas del hierro, el aluminio y la bauxita han tomado sus lugares de trabajo como punto...

SANTRICH “TRANQUILAZO” EN “EL 23”


Santrich  con apartamento en el 23 de Enero, (en el circulo azul) con vista a Miraflores, custodiado por La Piedrita del narco-delincuente  Valentín Santana, al que Hugo Chávez tuvo miedo  de ir a buscar, como había anunciado

- SIMONOVIS: “SANTRICH ESTÁ EN EL 23 DE ENERO”
- TARAZONA: HUBO UN «ACOMODO» POR LOS $10 MILLONES QUE EEUU OFRECÍA POR ÉL
- EL SILENCIO CARACAS FRENTE A LA “MUERTE” DE SANTRICH

3 inseparables delincuentes, Santrich , Márquez y....
 

NdR:- Pasaron 2 días del evento, y hay al menos 5 versiones desde que las Farc – EP anunciaron –sin evidencias- la muerte de aka Santrich  en su página web.

Pero a pesar de  la descripción detallada de los eventos, no hay – hasta los momentos de publicar esta información- ninguna evidencia grafica ni del enfrentamiento ni de las supuestas victimas, que habrían ocurrido. Tampoco del camión,  el objetivo del ataque y en el que se habría movilizado Santrich  y el  grupo

IVÁN SIMONOVIS, ex - comisionado Especial de Seguridad e Inteligencia del gobierno interino del presidente (e) Juan Guaidó explicó que Jesús Santrich se moviliza en Caracas con  la protección del régimen de Nicolás Maduro: está custodiado por el colectivo La Piedrita y tutelado por Valentín Santana. Estas afirmaciones las respalda el comisario con fotos del guerrillero en el sector caraqueño.

Indicó que alias Santrich -Hernández Solarte- está en el bloque 28, letra B, piso 14, apartamento 14-07 14-08.

Advirtió, y para ello también mostró otra foto, que en la azotea de dicho edificio fue colocada una ametralladora para cuidar a Jesús Santrich.

«Esta información la obtuvimos porque pudimos infiltrar el colectivo La Piedrita, así que no solo tenemos las fotos sino que sabemos las reuniones que hacían, con quién se reunían y de qué hablaban», aseguró Simonovis.

 SON BIENVENIDOS,...

Maduro y sus amigos de “paz”: También desde ese evento agregó: “Dijeron que venían Iván Márquez y Jesús Santrich (y) me quedé esperando”. Señaló, asimismo, que se alegró cuando supo que Márquez y Santrich irían a Venezuela, porque tendrían en el Foro de Sao Paulo una inmejorable vitrina para denunciar “el asesinato de 250 combatientes de las Farc” y de “700 líderes campesinos y de derechos humanos en Colombia”.


Santrich: 5 hipótesis

Semana:-  La periodista María Isabel Rueda expuso este miércoles 5 hipótesis en torno a la muerte de Seuxis Paucias Hernández Solarte, alias «Jesús Santrich».

Destacó que pudiera «no estar muerto» o que  que pudo haber sido asesinado por mercenarios.

Este martes, se informó sobre la muerte de Santrich, la cual según las Farc ocurrió en suelo venezolano.

En medio de la controversia, Rueda expuso las siguientes hipótesis para la revista Semana:

1. Murió a manos de un comando élite del ejército colombiano que insurgió en Venezuela en un helicóptero amarillo y tras asesinar a Santrich y otros guerrilleros, le cortaron -a Santrich- el dedo meñique de la mano izquierda como prueba.

2. Fue el propio Ejército venezolano quien lo dio de baja porque desde hace un par de semanas venía protagonizando enfrentamientos en Apure contra disidencicas de las disidencias -las autobautizadas Segunda Marquetalia-.

3. Fueron las disidencias de las disidencias por orden de Gentil Duarte las que ejecutaron a Santrich.

4. Mercenarios interesados en cobrar las recompensas anunciadas por EEUU y Colombia lo asesinaron.

5. Santrich no está muerto y «por eso nunca veremos su cadáver». Rueda alegó que Santrich simuló su muerte luego de que hace unos días la Corte Suprema de Justicia de Colombia aprobó su extradición. «Se hace pasar por muerto para que no los busquen más».

Según las Farc, Santrich fue abatido en la “Serranía del Perijá, zona binacional fronteriza entre El Chalet y la vereda Los Laureles, dentro de territorio venezolano”.

“Hasta ese lugar penetran los comandos colombianos por orden directa del presidente Iván Duque. La camioneta donde viajaba el comandante fue atacada con fuego de fusilería y explosiones de granadas. Consumado el crimen, los asesinos le cercenaron el dedo meñique de su mano izquierda. Unos minutos después, cerca del lugar, rápidamente los comandos fueron extraídos en un helicóptero de color amarillo rumbo a Colombia”, se destacó en el texto de las FARC-EP.

EFE - Seuxis Paucias Hernández, alias Jesús Santrich, que supuestamente murió el lunes en un enfrentamiento armado fue uno de los exjefes de las FARC más mediáticos por su insolencia y sarcasmo, y por ser uno de los líderes del grupo que rompió su compromiso con la paz y volvió a las armas en 2019.

«Le cercenaron el meñique izquierdo»: FARC-EP confirma muerte de Jesús Santrich y la atribuye al Ejército colombiano

Santrich ganó protagonismo en las negociaciones de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC, que culminaron con el acuerdo de noviembre de 2016, y por ser, junto a Luciano Marín, alias «Iván Márquez», uno de los altos mandos que decidieron volver a la clandestinidad en una disidencia llamada «Segunda Marquetalia».

Su nombre también ganó relevancia cuando fue detenido en abril de 2018 por la Fiscalía, acatando una petición de extradición del Departamento de Justicia de Estados Unidos que lo acusa de narcotráfico luego de la firma del acuerdo de paz, pese a lo cual quedó libre en junio de 2019, tras lo cual asumió por pocas semanas un escaño en la Cámara de Representantes antes de volver a las armas.

Casi tres décadas en la guerrilla

La ficha de la Interpol indica que el jefe guerrillero nació el 30 de julio de 1966 en Toluviejo, en el caribeño departamento de Sucre, y recibió el nombre de Seuxis Pausias Hernández Solarte, que se cambió por «Jesús Santrich» después de unirse a las FARC cuando tenía 21 años de edad.

Formado en Educación con especialidad en Ciencias Sociales, hizo un postgrado en Historia. Nació en una familia de maestros y muy joven comenzó su militancia: primero en la Juventud Comunista y más tarde en la Unión Patriótica, según explicó en varias ocasiones.

Ante el genocidio contra ese partido decidió unirse a las FARC y se vinculó al Frente 19, que operaba en la Sierra Nevada de Santa Marta, frente al mar Caribe, y se hizo cercano a Juvenal Ovidio Ricardo Palmera, alias «Simón Trinidad», extraditado en 2004 a Estados Unidos, donde purga una pena por el secuestro de tres ciudadanos de ese país.

Con un discurso mucho más rimbombante que sus compañeros, fruto de su formación académica, Santrich se jactó en varias ocasiones de su pasión por la literatura, la música y el dibujo.

De hecho llegó a escribir un libro, «Diez Relatos Tayronas», sobre los pueblos indígenas de la Sierra Nevada.

Guerrillero arrogante

En los diálogos de paz celebrados en La Habana hizo parte del equipo negociador de las FARC y se caracterizó por representar a la línea más dura e intransigente de la guerrilla.

Parcialmente ciego por un problema degenerativo, el síndrome de Leber, que afecta los nervios ópticos, Santrich siempre aparecía usando gafas negras y una Kufiyya (bufanda palestino) sobre sus hombros.

Así fue como se dio a conocer cuando el gobierno y las FARC estaban en la fase previa de las negociaciones en Oslo y le dijo «tranquilo, Bobby, tranquilo» al jefe del equipo negociador del gobierno, Humberto de la Calle, en referencia a una canción de Juan Luis Guerra.

También en esa ocasión, al ser preguntado por TVE si las FARC estaban dispuestas a pedir perdón a sus víctimas, respondió en tono burlón con la letra del bolero «Quizás, quizás, quizás», agarrado de su amigo Iván Márquez, jefe del equipo negociador de la guerrilla.

Otro episodio propio de su estilo ocurrió en los pasillos del Congreso cuando arrebató el micrófono y llamó «cretino» a un periodista que le preguntaba a su compañero Byron Yepes acerca de los abortos a los que eran obligadas a someterse las guerrilleras bajo su mando.

Regreso a la clandestinidad

Justamente el pasado jueves la Corte Suprema de Justicia de Colombia aprobó la extradición a Estados Unidos de Santrich «porque, entre otras razones, las conductas de concierto para delinquir y tráfico de estupefacientes que le son imputadas en el extranjero carecen de connotación política».

A pesar de haber asumido un escaño en la Cámara de Representantes por el partido FARC, el 29 de junio de 2019 se escabulló de sus escoltas y su rastro se perdió hasta que dos meses después apareció en un video con Iván Márquez anunciando que abandonaban el acuerdo de paz para volver a la clandestinidad.

En esa declaración, Santrich criticó al Estado colombiano por haber «traicionado» lo pactado entre las FARC y el gobierno, y acusó al presidente Iván Duque de desconocer «que el acuerdo se firmó con el Estado».

Duque fue un blanco de sus esporádicas declaraciones en los últimos dos años.

Glaucoma y síndrome de Leber

En 2019, en los diálogos de paz en La Habana, el mismo Santrich contó cómo hace 11 años empezó a perder la visión.

“Eso fue como cuando cae la tarde: lentamente. Como en el ocaso, que las cosas se van alejando entre la penumbra. A los 14 años yo no veía muy bien y tuve que usar lentes, pero cuando ya estaba en la universidad se me fue cerrando el campo visual en los dos ojos”, dijo. 

Recordó que, en los años 90, cuando entró a la guerrilla por el asesinato de paramilitares a un familiar suyo, su visión ya estaba disminuyendo. “En ese momento traté de hacerme algún tratamiento, que siempre había aplazado pues mis responsabilidades en la guerrilla eran la prioridad”, dijo Santrich cuando hacía parte del equipo negociador.

Por ello, durante años aplazó someterse a chequeos y, cuando por fin lo hizo, le diagnosticaron glaucoma, enfermedad degenerativa en la que el nervio óptico se atrofia paulatinamente. Y justo este es el encargado de llevar la información visual al cerebro.

Además del glaucoma, que no tiene cura, solo puede tratarse; a Santrich le diagnosticaron síndrome de Leber, degeneración de los gangliocitos de la retina hasta causar la pérdida de la visión central. El origen de esta degeneración es genético.

Las cuentas pendientes con la justicia

EL  Tiempo - GDA - No obstante ser uno de los negociadores de paz e, incluso, uno de los elegidos para ocupar un escaño en el Congreso de la República tras la firma del acuerdo de paz, Jesús Santrich pasó a la historia como uno de los traidores del proceso. Santrich no solo tenía pendiente el caso por narcotráfico que envolvió su huida y regreso a las armas.

El disidente, cuya muerte se produjo este lunes, según señalaron las mismas disidencias de las FARC en una página web, tenía cuatro requerimientos judiciales por los delitos de homicidio, lesiones, daño en bien ajeno, terrorismo, rebelión y secuestro.

Esos procesos, que estaban en la justicia ordinaria, habían quedado suspendidos tras la firma del acuerdo de paz, puesto que pasó a ser compareciente, como exguerrillero, ante la Jurisdicción Especial para la Paz.

A estos cuatro delitos se suman una circular roja de Interpol y una solicitud de extradición a Estados Unidos por narcotráfico. El país norteamericano llegó a ofrecer una recompensa de 10 millones de dólares por Santrich.

Ese proceso por narcotráfico, que el guerrillero calificó como un “entrampamiento”, lo puso tras las rejas y creó una dura controversia entre los altos tribunales del país para definir quién era competente en el proceso.

El 9 de abril de 2018, Santrich fue capturado en el occidente de Bogotá por la Fiscalía, que lo acusaba de pertenecer a una organización de narcotráfico. La justicia de Estados Unidos lo solicitaba para que respondiera en juicio por, supuestamente, haber enviado droga después de someterse al proceso de paz.

Sin embargo, en mayo de 2019 la JEP le reconoció al exjefe disidente la garantía de no extradición y le ordenó al ente acusador tramitar su liberación. Según sostuvo la Sección de Revisión del tribunal de justicia transicional, las pruebas que le entregaron no permitían evaluar la conducta ni establecer la fecha precisa de su realización.

Esta decisión fue cuestionada por el entonces fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez, quien renunció a su cargo junto con su vicefiscal, María Paulina Riveros.

Estando en libertad, el 1 de julio de 2019, el disidente salió hacia el departamento de La Guajira, fronterizo con Venezuela. No se supo más de él hasta agosto de ese año, cuando apareció rearmado en un video.

Por esto fue expulsado de la JEP el 13 de septiembre de 2019. La Corte Suprema de Justicia continuó el estudio de la petición de extradición por narcotráfico y la Sala Penal de ese alto tribunal avaló, apenas el pasado 13 de mayo, el envío del disidente guerrillero a Estados Unidos.

La Sala Penal señaló que en caso de que Santrich fuera recapturado, ya se tendría su concepto favorable de extradición.

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