PERÚ, “POR LA RUTA DE VENEZUELA”?
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RIESGO POLÍTICO ACECHA A LOS INVERSORES EN AMÉRICA LATINA
El Debate – Arequipa 30.5.2021 quién ganó, resumen, mejores frases y propuestas . Pedro Castillo y Keiko Fujimori se vieron las caras por última vez. El próximo domingo se realizará los comicios electorales para determinar al nuevo presidente.
Peru-As.com - Ha culminado el Debate Presidencial entre Keiko
Fujimori y Pedro Castillo, a una semana de la segunda vuelta de las Elecciones
Bicentenario. El encuentro oficial, organizado por el JNE, se llevó a cabo en
el auditorio de la UNSA, en Arequipa.
En
materia de performance y desenvolvimiento, Keiko Fujimori superó a su contendor
Pedro Castillo, a quien se le percibió poco preparado y que en gran parte del
encuentro intentó apelar al lado emocional. En materia de propuestas, la
lideresa de Fuerza Popular prometió muchas cosas, mientras que el abanderado de
Perú Libre brindó poquísimas ideas.
Las mejores frases:
Pedro Castillo: "Yo vengo con las manos limpias".
Keiko Fujimori: "Usted está acostumbrado a tirar piedras"
Pedro Castillo: "El fujimorismo trae un ramillete de propuestas
como Papa Noel".
Keiko Fujimori: "Nuestros enfermos no se curan con comunismo. El
COVID-19 no se soluciona con lucha de clases y la pandemia no se soluciona con
piedras".
Pedro Castillo: ¿No les suena a ustedes que hablar de corrupción es hablar de fujimorismo?
"Tras el atentado, la diferencia entre ambos se hizo muy estrecha, apenas un punto (50,5% frente a 49,5%) a favor del izquierdista, mientras que antes de la matanza era superior a seis (53,2% frente a 46,8%), según Datum".
AMÉRICA
LATINA estaba sumida en el
descontento social antes de que llegara la pandemia del COVID-19. Ahora, una
serie de elecciones hasta 2022, las protestas en Colombia y la agitación en
torno a una nueva constitución en Chile hacen que los inversores se preparen
para una nueva ola de incertidumbre sobre el proceso político.
La
elección presidencial en Perú, en las que se enfrentan dos candidatos en
posiciones extremas, es el más reciente riesgo político que acecha a los
inversores en América Latina, una región que tiene dificultades para seguir el
ritmo de sus pares mundiales a pesar de un auge de los precios de las materias
primas.
América
Latina estaba sumida en el descontento social antes de que llegara la pandemia
del COVID-19. Ahora, una serie de elecciones hasta 2022, las protestas en
Colombia y la agitación en torno a una nueva constitución en Chile hacen que
los inversores se preparen para una nueva ola de incertidumbre sobre el proceso
político.
Además,
el coronavirus sigue haciendo estragos en la región. Argentina, Colombia,
Brasil y Chile reportan muchos más casos confirmados por millón de habitantes
que India.
"El
mercado, y los inversores en general, están muy nerviosos con respecto a
América Latina", dijo Ricardo Adrogue, jefe del grupo de deuda soberana
global y divisas de Barings.
"América
Latina se encuentra en una coyuntura muy difícil. Está teniendo elecciones en
un momento en el que (el COVID-19) ha sido tan doloroso, tan mortal y tan
extendido en tantos países de la región, que hay un potencial de cambio en la
dirección económica y política".
La
economía de América Latina se contrajo un 7% el año pasado, la mayor
contracción de todas las regiones emergentes, según el Fondo Monetario
Internacional.
"Los
ciclos políticos tienden a ir en oleadas y creo que estamos en las primeras
etapas de una ola política de izquierda en América Latina", dijo Peter
Gillespie, gestor de carteras de renta variable de Lazard Asset Management, que
invierte principalmente en México, Brasil, Perú y Colombia.
El
aumento de las presiones inflacionistas y de los rendimientos en el mundo
afectó a la región de forma desproporcionada, con bonos en moneda fuerte y
bonos locales a la zaga en 2021 y muchas de sus divisas con un rendimiento
inferior.
El
auge de los precios de las materias primas no ha servido para aliviar la
situación en una región dominada por los exportadores de recursos naturales. La
previsión de crecimiento del 4,7% para este año depende de que la recuperación
se mantenga a pesar del lento avance de la vacunación.
"La
mayor volatilidad política ha restado brillo a muchos de los aspectos positivos
del impacto de los precios de las materias primas en la región", dijo
Angus Bell, de Goldman Sachs Asset Management.
"Obviamente,
ha habido un flujo de noticias en Perú, hay cosas que suceden en Chile, también
estamos entrando en un ciclo electoral en Brasil donde el expresidente está de
vuelta en la escena".
El
sol peruano se ha visto sometido a una montaña rusa, ya que las encuestas
muestran que el socialista Pedro Castillo -que promueve más impuestos y
regalías mineras- aventaja a la derechista Keiko Fujimori antes de las
elecciones presidenciales del 6 de junio. El sol ha caído un 5% en las últimas
nueve sesiones y el miércoles tocó un mínimo histórico de 3,8538 por dólar.
Gustavo Petro, un exinsurgente cuya cercanía con el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez y sus propuestas de gasto social hacen que se cuestione su disciplina fiscal, lidera los primeros sondeos para las elecciones presidenciales de Colombia de 2022.
El expresidente de izquierda Luis Inácio Lula da Silva parece tener una oportunidad de desbancar al derechista Jair Bolsonaro el próximo año en Brasil, y la votación de Chile este mes para una asamblea constitucional asestó un golpe a la coalición gobernante de centroderecha antes de las elecciones presidenciales de noviembre.
En
Ecuador, la sorprendente victoria de Guillermo Lasso en las elecciones
presidenciales de abril supuso una rara victoria para la derecha en el actual
ciclo electoral.
A
pesar de que se percibe un rechazo automático a la política de izquierda entre
los agentes del mercado, su ascenso dista mucho de equivaler a una caída de los
mercados, como demuestran el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, o el de
México, Andrés Manuel López Obrador.
Pero
algunos inversores desconfían de los cambios políticos bruscos que ponen en el
punto de mira al sector minero, o de que las economías sigan el camino de
Venezuela, donde una larga recesión económica se convirtió en una crisis
humanitaria, o incluso de Argentina, golpeada por la inflación y asfixiada por
la deuda.
"Los
ciclos políticos tienden a ir en oleadas y creo que estamos en las primeras
etapas de una ola política de izquierda en América Latina", dijo Peter
Gillespie, gestor de carteras de renta variable de Lazard Asset Management, que
invierte principalmente en México, Brasil, Perú y Colombia.
México
celebra elecciones intermedias el 6 de junio. Lo que está en juego es el
control del presupuesto para el resto del mandato de López Obrador, y posibles
cambios en la constitución si sigue adelante con sus amenazas de desafiar a los
tribunales que han obstaculizado su objetivo de ampliar el papel del Estado en
la economía.
Los
mercados bursátiles de América Latina han quedado rezagados respecto de otras
regiones en al menos 15 puntos porcentuales desde el inicio de 2020, mientras
luchan por recuperarse de la crisis.
El
aumento del desempleo y la desigualdad han provocado nuevos disturbios. En
Colombia, las protestas mortales se encuentran en su cuarta semana para lograr
una serie de reformas.
"Recordamos
los movimientos sociales de 2019: algunos países están viendo resurgimientos en
2021, lo que refleja circunstancias que deben corregirse en muchos países de
América Latina", dijo Alejandro Werner, director del FMI para el
Hemisferio Occidental.
El
peso de Colombia, que ha bajado más de un 8% este año frente al dólar, se
encuentra entre las monedas de peor rendimiento a nivel mundial en 2021.
Las
consecuencias no se han hecho esperar y no se ve que vayan a ceder.
S&P
Global bajó la calificación crediticia de Colombia a "basura" y se
esperan más bajas.
Un
análisis de S&P sobre los swaps de incumplimiento crediticio implica una
rebaja de dos escalones en la calificación crediticia de Perú y Chile y un
recorte de un escalón en la de México, manteniéndolo apenas en el grado de
inversión.
"El
COVID, al igual que en el cuerpo humano, expone las condiciones preexistentes.
Y hubo una especie de erosión en la fe de la capacidad de la democracia para
ofrecer resultados en un número cada vez mayor de países de la región",
dijo Dan Restrepo, investigador principal del Center for American Progress.
"Nos
esperan tiempos difíciles desde el punto de vista político y, en consecuencia,
económico en varios de estos países de la región". - Reuters
Perú: cinco claves para entender
En
medio del embate de la pandemia, Pedro Castillo y Keiko Fujimori midieron fuerzas en una justa que augura pocas salidas
a la grave crisis política en la que ha estado sumido el Perú desde
2016.
Estas
son cinco claves que explican estos comicios.
1.-
Duelo antagónico
Con
un 19 % de los votos válidos, Castillo logró un sorpresivo triunfo en
la primera vuelta electoral, aupado por el voto izquierdista pero conservador
del campo andino, que alzó su voz frente al centralismo limeño, la clase
política tradicional y la corrupción sistemática del aparato estatal.
Natural
de la humilde provincia andina de Chota, este maestro rural y líder
sindicalista postula a la presidencia por Perú Libre, un partido
"marxista-leninista" que aboga por un "cambio
profundo" en el país.
Nueva
Constitución, un Estado fortalecido con control sobre la economía,
nacionalización de empresas y mayores impuestos para la explotación de los
recursos naturales del país son algunas de sus recetas.
Todo
contrasta con la continuidad que ofrece la candidata del partido derechista
Fuerza Popular, Keiko Fujimori, hija y heredera política del
expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).
En
su tercer intento por convertirse en la primera mujer al frente del Estado,
apuesta por la permanencia del modelo económico neoliberal y la carta magna
vigente desde 1993, aprobada en referéndum pero fruto del
"autogolpe" de Estado cometido por su padre.
Una
de las pocas cosas que no están en juego es el conservadurismo, pues ambos
candidatos son recalcitrantes enemigos de la apertura de los derechos
sociales.
2.- Abismo geográfico
Más
allá de enfrentar ideas dispares, la contienda escenifica el abismo que
divide Lima de la población rural de los
Andes, históricamente relegada al olvido por las élites capitalinas.
El
maestro arrasó en primera vuelta en regiones donde la mayoría de la
población es rural y pobre y él mismo encarna los valores más
humildes del interior del país donde mantiene su bastión electoral.
Así
lo sostienen los sondeos, que dan una tímida pero firme ventaja general a
Castillo, quien recibe un respaldo abrumador en el sur y centro del país
-regiones andinas-,mientras que la candidata de Fuerza Popular domina en
Lima.
3.- Campaña de "antis"
El
apoyo a Fujimori -que cuenta con un abrumador respaldo mediático y de
figuras como el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa- parece haber tocado techo con
aproximadamente un 40 % de las preferencias, cercado por el arraigado
"antivoto", que ya le costó las derrotas de 2011 y 2016.
De
hecho, acostumbrados a votar en segunda vuelta por "el mal menor",
muchos peruanos se encuentran esta vez en un embrollo que los obliga a sopesar
dos corrientes definidas por el rechazo a la postura
rival: "antifujimorismo" o "anticomunismo".
Ambos
candidatos intentaron, con torpeza y virajes estratégicos, captar a los
votantes más indecisos durante la campaña electoral, pero si contar con
ases bajo las manga.
Chamanes realizan un ritual en apoyo al
candidato a la presidencia del Perú Pedro Castillo en Lima (Perú). Foto EFE
Fujimori,
que de ganar la presidencia eludiría un juicio por el que le piden 30 años
de prisión por lavado de dinero, se ha servido de la retórica
"anticomunista" para "alertar" del "peligro" de
un eventual Gobierno de Perú Libre.
A
la amenaza de que el país puede ser "una nueva Venezuela",
combinaron el "terruqueo", las acusaciones de vínculos terroristas
que la derecha peruana emplea sistemáticamente para referirse a cualquier
postura de izquierda.
Por
su parte, Castillo apostó por un improvisado periplo territorial y moderó
su discurso para deslindarse de la controvertida figura de Vladimir
Cerrón, presidente de Perú Libre, ideólogo del partido y quien ha sido condenado
por corrupción.
El
líder sindicalista se demoró en presentar a su equipo técnico y tardó en
ofrecer un plan de Gobierno con el que matizó hacia el centro las
propuestas originales de su partido.
4.- Dudas
Ante
esta engorrosa encrucijada están los millones de ciudadanos que no votaron por
ninguno de ellos en la primera vuelta electoral, donde apenas uno de cada
cinco electores optó por estos dos candidatos.
El
escenario presagia una magra legitimidad para el que resulte
finalmente electo y es poco halagüeño para la salida a la grave crisis política
y moral que atraviesa Perú desde hace un lustro que llevó a la caída de tres
presidentes y la disolución del Congreso.
Desde
2016, la política peruana está marcada por las pugnas entre el Legislativo
y el Ejecutivo, que parecen estar lejos de acabar, pues ni Castillo ni Fujimori
tendrán mayoría en un nuevo Congreso, que integrarán hasta diez fuerzas
políticas.
El
que gane, no tendrá números para garantizar la gobernabilidad, impulsar
reformas de fondo o impedir intentos de destitución y estará a expensas de
terceros.
5.- Crisis sanitaria
Perú
celebrará el balotaje poco después de cerrar abril como el mes más mortal desde
la llegada del coronavirus, que aún no da tregua al país
sudamericano, donde la enfermedad ya ha dejado más de 1,9 millones de
casos confirmados y decenas de miles de muertes.
Es
evidente que el ganador tomará las riendas de un país agotado en la batalla contra
la covid-19, con hospitales saturados y un personal sanitario exhausto.
Igual,
ambos ha prometido acabar con la cuarentena en el país y también coinciden en la promesa
de avanzar con la vacunación, dejar atrás los encierros e incrementar el
presupuesto del sector Salud, sin explicar más detalles.
Los ‘terrucos’ irrumpen en Perú
ROBERT MUR – La
Vanguardia - A una semana de las
elecciones presidenciales en Perú, el fantasma de Sendero Luminoso se ha
adueñado de la campaña. Si los autores de la matanza perpetrada el 23 de mayo
en una zona selvática pretendían influir en los comicios, lo consiguieron, pero
habrá que esperar al próximo domingo para saber a cuál de los dos candidatos
populistas ha beneficiado, si a la derechista Keiko Fujimori o al
ultraizquierdista Pedro Castillo, que esta madrugada han celebrado en Arequipa
su último debate.
Cuando
se produjo la masacre en que fueron acribilladas 16 personas –incluidos dos
niños–, Fujimori ya llevaba semanas recuperando posiciones en las encuestas,
que al inicio de la carrera por la segunda vuelta arrojaban una amplia ventaja
para Castillo.
Tras
el atentado, la diferencia entre ambos se hizo muy estrecha, apenas un punto
(50,5% frente a 49,5%) a favor del izquierdista, mientras que antes de la
matanza era superior a seis (53,2% frente a 46,8%), según Datum.
El
atentado tuvo lugar en San Miguel del Ene, localidad de la Selva Central, cuando
un grupo armado disparó indiscriminadamente en un bar al aire libre de un
barrio prostibulario. Los atacantes robaron las pertenencias de las víctimas y
quemaron varios cadáveres, junto a los que dejaron panfletos del Militarizado
Partido Comunista del Perú (MPCP) llamando a votar en blanco y a no hacerlo por
Fujimori.
“¡Quien
vota a favor de Keiko Fujimori es traidor, es asesino del Vraem, es asesino del
Perú!”, se lee en las octavillas. “¡Pueblo peruano: boicot a las elecciones
burguesas, porque no es tu camino: no ir a votar. Votar en blanco. Votar en
nulo o viciado!”, dicen los volantes.
Vraem
es el acrónimo con que se denomina al Valle de los Ríos Apurímac, Ene y
Mantaro, una de las zonas más pobres de Perú y donde se concentra la producción
de hoja de coca. Tras la detención en 1992 de su líder, Abimael Guzmán, la
guerrilla maoísta Sendero Luminoso dejó de existir al año siguiente por los
acuerdos de paz firmados por sus dirigentes –que cumplen cadena perpetua– con
el presidente Alberto Fujimori (1990-2000). Desde entonces, supuestos
excombatientes han pretendido erigirse en herederos de la organización, usando
el nombre y asentándose en el Vraem. Sin embargo, los expertos coinciden en que
Sendero Luminoso ya no existe.
Actualmente,
la supuesta guerrilla está dirigida por Víctor Quispe, que no responde a
Guzmán. Aunque enarbola consignas políticas, parece que solo quiere controlar
los cultivos de coca, por lo que son frecuentes los enfrentamientos con
policías y militares en el Vraem, y también las acciones para atemorizar a la
población rural, donde Castillo tiene su principal caudal de votos. La justicia
estadounidense califica de narcotraficante a Quispe, que esgrime el liderazgo
del MPCP, de inspiración senderista, como tapadera para la producción de droga.
Por
tanto, al conocerse la masacre, enseguida saltaron las suspicacias sobre los
oscuros intereses que se esconderían tras el ataque de la narcoguerrilla y
cobraron sentido las advertencias de colaboradores de Fujimori que llevaban
toda la campaña alertando de un retorno del terrorismo en Perú si gana
Castillo, maestro rural que inesperadamente ganó la primera vuelta de abril
como candidato de Perú Libre, un partido marxista-leninista.
Castillo
se desmarcó del atentado y expresó su “solidaridad” con las familias del
“cobarde ataque” y condenó “enérgicamente” la masacre. El candidato, que hace
gala de su condición de rondero (miembro de las patrullas campesinas
que se enfrentaron a Sendero), prometió que cuando llegue a la presidencia
impulsará “la investigación policial para determinar las verdaderas causas de
estos atentados”.
En
cambio, el fundador y secretario general de Perú Libre, Vladimir Cerrón, mentor
de Castillo, apuntó contra Fujimori. “A quien beneficia el crimen, ese es el
autor”, tuiteó Cerrón, citando a Séneca.
“No
tengamos miedo, lo que busca el terrorismo es detener este proceso electoral”,
dijo por su parte Fujimori, sabiendo que su apellido encarna la línea
antiterrorista más dura en un país donde los coches bomba y las matanzas
aterrorizaron a los peruanos en los ochenta y noventa. Fue su padre quién logró
desarticular a Sendero, pero violando los derechos humanos, por lo que cumple
25 años de prisión.
Keiko Fujimori acorta distancias
Tras
esa época, la izquierda peruana vivió una travesía del desierto y hasta la
sorprendente irrupción de Castillo –ayudado por la crisis política que vive
Perú– todo el que oliera a progresismo era fácilmente tachado
de terruco (terrorista).
Mientras,
el presidente centrista Francisco Sagasti llamó a no usar la matanza
políticamente: “Ningún grupo político, de ninguna orientación ni ideología,
debería usar esta tragedia con fines políticos”.
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