HARAKIRI ¿EN MACHU PICHU?
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- DE VENEZUELA PARA EL PERÚ - María Corina Machado
- COMPATRIOTAS PERUANOS, LES EXPROPIARÁN HASTA LA FLOR DE
LA CANELA: Froilán Barrios Nieves*
- PEDRO CASTILLO: ¿HARAKIRI A LA PERUANA?
Última
encuesta IPSOS: El último estudio de
IPSOS, para América Televisión: Pedro Castillo aún mantiene ventaja sobre
Keiko Fujimori. Actualizado a: 26 de mayo de 2021
IPSOS: Castillo: 52.6%
Fujimori 47.4%,
Otras
mediciones:
¿Quién
expresa mayor conocimiento (en entrevistas periodísticas)?
Keiko Fujimori: 68%
Pedro Castillo: 21%
¿Quién
tiene mayor liderazgo de su partido?
Keiko Fujimori: 56%
Pedro
Castillo: 35%
¿Quién
convoca mejores técnicos y especialistas?
Keiko Fujimori: 48%
Pedro Castillo: 33%
¿Quién
tiene mejores propuestas para el progreso del país?
Keiko Fujimori: 47%
Pedro Castillo: 38%
3
Presidentes en 5 años y ahora viene ¿el
4to?
Froilán Barrios Nieves : El
curso definitivo de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales (6.6.2021)
peruanas ratifica la incomprensible decisión de inmolarse por parte de sectores
de la población de este país andino.
Creen en la falsa ilusión de cambio difundida por un
candidato cuyas torvas intenciones van en una dirección diferente al rescate de
la institucionalidad o la lucha contra la corrupción.
El verdadero dilema de estas elecciones no se desenvuelve
en la clásica disyuntiva institucional entre izquierdas y derechas, o centralismo
vs. descentralización.
Por el contrario, es un contexto aterrador donde se
dirimen desenlaces capitales. Se decide entre barbarie vs. civilización,
tiranía vs. democracia, libertad de expresión vs. delitos de opinión, libertad
económica vs. saqueo estatal, derecho a la vida vs. masacres impunes.
Todo
resumido en la postura primitiva del candidato puntero en las encuestas, cuyo
ideario es próximo al régimen criminal de Corea del Norte o al de Maduro en
Venezuela, lo que sepultaría la herencia republicana del Perú labrada tras dos
siglos de historia.
Estos señalamientos no son suposiciones.
Veamos el caso de Venezuela: este país culminó el siglo
XX siendo la cuarta economía de América Latina, solo superada por Brasil,
Argentina y México, para terminar en dos décadas del siglo XXI en la cola de
las economías del continente.
La ruina es incontestable: desaparecieron 300.000
empresas privadas, cerraron 14.000 industrias, se perdieron más de 4.000.000 de
empleos estables, la pobreza extrema alcanza al 71 % de la población y la
pobreza en general al 94.6 %; suspendieron los contratos colectivos, desconocen la
libertad sindical, persiguen a medios de comunicación y a periodistas,
quebraron las empresas públicas, entre ellas PDVSA. Y hay un éxodo cercano a
los 7 millones de personas que deambulan por el planeta, de los cuales 4.5
millones recorren los caminos de Sudamérica, lamentablemente discriminados en
los países andinos.
El
espejo del apocalipsis venezolano
Como caso, citamos la opinión reciente publicada el
24/5/2021 (El Nacional) de Aquiles Hopkins, presidente de la Confederación de
Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro). Este señaló
que la destrucción del aparato productivo nacional, que desencadenó la crisis
económica que padece el país, se inició con la expoliación de empresa Agroisleña.
«Considero que la crisis económica del país comenzó en la
época en que el Estado se apoderó de Agroisleña. Se expropiaron 6 millones de
hectáreas de tierra y también otras empresas emblemáticas para la producción
nacional como Lácteos los Andes, Café Madrid o Fama de América. Allí comenzó la
destrucción de aparato productivo nacional».
Finalmente señaló que “el caso de Agroisleña no se trató
de una expropiación, sino de una expoliación, porque la empresa fue tomada por
el Estado y nunca se canceló monto alguno a los dueños”.
Este saqueo económico y social de la otrora economía
soñada de América Latina se perpetró en medio del arrase de todas las
instituciones públicas. El puño de hierro del poder ejecutivo, tanto de Hugo
Chávez como de Nicolás Maduro, secuestró los poderes públicos: legislativo,
judicial, moral y electoral.
Todo en nombre del “Socialismo del Siglo XXI” y de la
defensa farsante de la soberanía nacional frente a los EE. UU. y la Unión
Europea; aun cuando el país ha sido entregado, mediante el saqueo de sus
recursos naturales y financieros, a las potencias extranjeras de Rusia, China,
Turquía, Irán, Bielorrusia y al saqueador mayor, la Cuba castrista.
De ocurrir semejante tragedia en suelo peruano no dudaría que, así como el son se fue de Cuba y el Alma llanera, los cantares y la típica alegría han sido extrañados de Venezuela, le suceda igualmente al pueblo inca con la mítica canción de Chabuca Granda La flor de la canela. A menos que la conciencia del pueblo peruano impida un nuevo apocalipsis en América Latina. - *Movimiento Laborista
María
Corina Machado - “Sé que la experiencia desgarradora de
destrucción de mi patria sirve de alerta para que ustedes, peruanos, no cometan
los mismos errores”.
"La receta es clarísima y la repiten en cada país: dividir a la sociedad, exacerbar las tensiones sociales, financiar profusamente a candidatos populistas, llegar al poder por vía electoral y, una vez allí, quedarse a como dé lugar".
De Venezuela han
llegado al Perú centenares de miles de ciudadanos, familias completas, madres
sin niños, jóvenes sin padres, esposas sin sus maridos, maridos sin sus
esposas. Atrás quedaron corazones rotos, hogares a medio llenar, sueños y
ahorros. Hoy ya son cerca de 1.200.000 venezolanos en el Perú.
Un país como el nuestro, acostumbrado a recibir millones
de inmigrantes durante generaciones a lo largo del siglo XX. Desde españoles,
italianos, portugueses y europeos en general huyendo de las guerras, chilenos y
argentinos que escaparon de la dictadura o los colombianos en momentos de
crisis económica o desplazados por el conflicto armado: siempre tuvimos los
brazos abiertos.
En dos décadas, el país que recibía gente de todas las
nacionalidades y se enorgullecía de su diversidad cultural, el país democrático
que se vanagloriaba de una vigorosa y educada clase media, el país con las
mayores reservas de petróleo del mundo, hoy obliga a sus hijos a partir para
poder sobrevivir.
De Venezuela para el Perú también han llegado los
tentáculos de un sistema criminal cuyas actividades no se pueden contener en
nuestras fronteras y que ya han hecho estragos en Chile y en Colombia. La
fachada de esta estructura es ideológica: el Foro
de Sao Paulo, el Grupo de Puebla, y sus agentes europeos (Rodríguez
Zapatero, Pablo Iglesias, entre otros) y americanos (Evo, Lula, Correa,
Samper).
Por detrás, tienen una alianza geopolítica con los
regímenes de Rusia, China, Irán, Cuba y Turquía, que cada día hacen más
evidentes sus vínculos financieros, de inteligencia, de propaganda y militares.
Pero su verdadero soporte es una intrincada red criminal que incluye los
cárteles de la droga, del crimen organizado internacional y grupos terroristas
desde la FARC y el ELN hasta Hezbolá y Hamas.
La receta es clarísima y la repiten en cada país: dividir
a la sociedad, exacerbar las tensiones sociales, financiar profusamente a
candidatos populistas, llegar al poder por vía electoral y, una vez allí,
quedarse a como dé lugar. Para eso es necesario tomar el control del sistema
judicial, acabar con los medios y periodistas que no se plieguen al sistema,
crear una nueva clase empresarial con sus cómplices, infiltrar y crear su
propia “oposición” e imponer una nueva “Constitución” que legitime el poder
indefinido, mientras persiguen y atropellan a todo el que piense distinto.
Hace 20 años, ante la amenaza de Chávez, muchos
venezolanos decían: “Venezuela no es Cuba”. Hoy escucho a muchos amigos
decir: “Argentina no es Venezuela”, “México no es Venezuela”, “Perú no es
Venezuela”. Lo demás es historia.
Los demócratas de Occidente no podemos subestimar esta
operación transcontinental que avanza y tiene en su mira a todos los países del
hemisferio. A todos. Colombia está hoy sometida a estas fuerzas, Chile enfrenta
un desafío enorme y que determinará su futuro por varias décadas y, aunque
Ecuador ha logrado que la propuesta democrática y defensora de la libertad
de Guillermo Lasso triunfe, esto no implica que se acabó el peligro;
seguirán al acecho dispuestos a retomar el poder como en Bolivia y Argentina.
Por ello, la continua vigilancia y la defensa de las instituciones democráticas
es un deber y una oportunidad para articularnos.
Por eso hoy, de Venezuela para el Perú, envío
mi fuerza y mi confianza. Sé que la experiencia desgarradora de destrucción de
mi patria sirve de alerta para que ustedes, peruanos, no cometan los mismos
errores. Defender al Perú de las garras de esta operación es una tarea
ciudadana, pero que también requiere de partidos, de organizaciones de la
sociedad civil, de intelectuales y de todos aquellos comprometidos con la
libertad y con la democracia.
Ustedes, queridos peruanos, tienen enfrente la
posibilidad de elegir su futuro: la violencia, la miseria y la opresión que
ineludiblemente traería caer en las garras del sistema socialista y criminal, o
el reencuentro de una sociedad plural que avanza en el fortalecimiento de las
libertades individuales y la prosperidad de toda la nación.
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