“3 EN 1" , LUBRICANTE CON ¿FUTURO ?

EL COLAPSO DEL INTERINATO Y EL FUTURO DE LA OPOSICIÓN - Manuel Malaver CHAVISMO APRUEBA PROYECTO DE LEY QUE CRIMINALIZA A LAS ONG ORTEGA, SOCIO DE MADURO YA  DISOLVIÓ MÁS DE 3.000 ONG EN NICARAGUA   - DW Manuel Malaver – Especial para EdC - Si no fuera por las multitudes de docentes que desde el lunes 9 de enero pasado tomaron las calles de Venezuela para protestar contra el salario de bambre que la dictadura de Maduro les ha fijado en 30 dólares mensuales, podría establecerse que la entronización del sistema socialista en el país sigue sin mayores perturbaciones y que dentro de poco seremos una segunda Cuba aunque con v´´iaas de escape que incluyen la frontera terrestre y los vuelos aéreos. Pero hay también focos de enfrentamientos y revueltas en la llamada “Zona de Hierro,” que tienen como centro a la ciudad de Puerto Ordaz o Ciudad Guayana, donde los obreros de las otroras prósperas empresas del hierro, el aluminio y la bauxita han tomado sus lugares de trabajo como punto...

HITLER Y PUTIN: 2 DEMENTES Y 1 DESTINO

 


La Walter PPK 

 ONU: EVIDENCIA DE TORTURA A NIÑOS EN INVASIÓN RUSA A UCRANIA

¿POR CUÁNTO TIEMPO PODRÁ UCRANIA MANTENER SU AVANCE MILITAR?

 

 HUYEN RUSOS EN EDAD MILITAR PARA EVITAR  SU ENVÍO A UCRANIA

LA WALTER PPK CON LA QUE HITLER SE SUICIDÓ ¿ CUÁNTO VALDRÍA AHORA?

El opositor ruso en el exilio, Mijaíl Jodorkovski, dijo en una entrevista con France 24 desde Londres que la invasión de Ucrania es un "suicidio" político para el presidente ruso Vladimir Putin, quien "no puede ganar en Ucrania, incluso si logra tomar Kiev o Járkov". Esta guerra es el resultado de una "decisión emocional" de Putin, agregó el exoligarca.


"Buen disparo, señor,..."

Un fracaso llamado Putin

Trino Márquez  - A Vladimir Putin la invasión a Ucrania no le salió como sus generales y asesores le habían dicho, y como él mismo –que se considera un estratega militar brillante debido a su larga pasantía por el KGB- había pensado.

Pasados siete meses de la invasión el panorama se le ha revuelto en varios frentes.

La llamada Operación Militar Especial no ha servido para cohesionar  a sus oficiales y a su ejército, la promesa de que sería una maniobra rápida y sin mayores consecuencias para los soldados, tampoco cristalizó, y durante las semanas recientes ha ido perdiendo territorios que había tomado durante los meses iniciales de la incursión, en el noreste ucraniano.

En Járkov lo han obligado a retirarse de forma humillante. Actualmente, hasta la península de Crimea, cuya anexión los rusos consideraban irreversible, se encuentra amenazada.

Los sucesivos éxitos de la contraofensiva ucraniana le ha permitido pensar a Volodimir Zelenski en la posibilidad de recuperar ese territorio donde los invasores se encuentran firmemente asentados.

La demora en alcanzar los objetivos previstos, el elevado costo que está teniendo para la economía rusa y el Ejército y, más reciente, las sucesivas derrotas militares, que el régimen no logra ocultar, han creado un descontento interno que va extendiéndose desde los opositores más firmes hasta grupos y sectores que lo habían acompañado en la aventura de forma discreta o guardando un silencio cómplice.

Plutócratas que amasaron sus fortunas con el apoyo del autócrata han manifestado su descontento con la forma como ha sido conducido el conflicto.

Concejales de Moscú, San Petersburgo y otras ciudades rusas rechazaron la incursión en un documento público. Sin ser masivas las denuncias y protestas, distintos factores sociales han manifestado de forma abierta el descontento. En el frente de guerra están produciéndose deserciones y claudicaciones consideradas vergonzosas. Los jóvenes soldados y oficiales piensan mucho más en preservar sus vidas que en morir para satisfacer las ansias imperiales del autócrata. Las diferencias entre este ejército y el que combatió a los nazis son abismales.

En la Segunda Guerra Mundial se peleaba a muerte por defender la Patria; ahora se lucha por «desnazificar» un territorio que «siempre» ha sido ruso. ¿Quién puede movilizarse con pasión por semejante desvarío?

Además de los numerosos problemas políticos y militares que Putin confronta en el plano interno, durante las semanas recientes han surgido importantes dificultades con sus aliados en el escenario internacional. En la reciente Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en Samarcanda, India y China encararon de formas distintas al jefe del Kremlin.

Narendra Modi, primer ministro indio, le dijo que “no es época de guerras”; y el líder chino, Xi Jinping, mostró sus «preocupaciones» por la guerra de Ucrania. Las actitudes de Modi y Xi obligaron a Putin a urdir unas explicaciones que no suele conceder. Se considera el nuevo zar de la Madre Rusia.

Hasta Recep Tayyip Erdogan –primer ministro de Turquía- le pidió en una entrevista que devuelva todos los territorios ocupados en Ucrania.

Aunque, dice Zelenski, la victoria total está lejos de obtenerse, el cuadro nacional e internacional que enmarca la acción de Putin luce muy complicado.

Las críticas provienen de todos lados. Las derrotas militares y políticas aunque parciales, son continuas. Su respuesta dentro de Rusia ha sido la habitual: mayor represión y control de los medios de comunicación; reproches  cada vez más agresivos a los oficiales y soldados que se encuentran en el frente de batalla; amenazas con usar armas atómicas, declarar el Estado marcial y movilización general de los rusos, lo cual le permitiría decretarle la guerra total a Ucrania, ahora sí sin eufemismos. Ha organizado unos referendos para darle un viso de legalidad a la anexión de los territorios de Donestk y Lugansk, en la zona del Donbás, como si este formalismo jurídico resolviese el problema real representado por la invasión.

Por el lado de sus adversarios, la pintura se ve muy diferente. El presidente Zelenski disfruta de un altísimo grado de aceptación y legitimidad interna e internacional.

Su liderazgo no muestra fisuras. La moral de sus oficiales y soldados parece indestructible. Cada vez se planean metas más ambiciosas, pero factibles de alcanzar debido a los persistentes errores de sus enemigos y a las fortalezas internas de los ucranianos. Los aliados de Kiev se mantienen cohesionados, a pesar del alto costo que está teniendo el conflicto para Europa en inflación, especialmente por el aumento de la energía y los alimentos. La OTAN, en vez de quedar fracturada, tal como se planteaba Putin, se ha expandido y mantenido unida. Esa firmeza le ha permitido a Zelenski asestarles varios y duros golpes a los rusos.

La respuesta de Occidente, sobre todo de Estados Unidos, ante las amenazas atómicas de Putin ha sido categórica: ¡No se le ocurra, señor, utilizar ese tipo de armas! El contexto internacional (y también el doméstico) no favorecen esa clase de recursos extremos. Aunque con personajes como él, mejor es estar prevenido.

A Putin resulta indispensable obligarlo a fracasar totalmente.

 

Tanques  rusos empantanados y destruidos en Itzium

Putin no se salvará de la derrota

Infobae  - Cuatro errores clave, falta de reconocimiento de ellos y un camino que conduce a la derrota. El panorama que traza el analista Lawrence Freedman, de la revista Foreing Affairsseñala que el futuro de Rusia de la mano de Putin en la invasión a Ucrania no arroja ninguna posibilidad de concretar las pretensiones del Kremlin el 24 de febrero, día en que sus tropas cruzaron la frontera por el norte, el este y el sur de su país vecino.

¿Qué pasó en los casi siete meses que transcurrieron desde entonces? El día del anuncio de la movilización parcial de reservistas, el presidente ruso, Vladimir Putin, mencionó a la OTAN como la responsable de que su país todavía no haya ganado la guerra. Aseguró que el apoyo brindado al gobierno de Volodimir Zelensky interfirió en los planes rusos para imponerse en el conflicto. Cuando Putin dijo “ciertamente utilizaremos todos los medios a nuestra disposición” si se viola la integridad territorial de Rusia, su amenaza nuclear iba dirigida a la OTAN.

La otra herramienta que esgrimió Putin para frenar la contraofensiva ucraniana es más clásica: sumar más volumen de tropas. “Serán reclutados ciudadanos de la reserva y aquellos que estuvieron en el ejército que cuenten con experiencia. Todos los reclutados tendrán capacitaciones adicionales que tomarán en cuenta el conflicto militar”, dijo durante su alocución televisa. el miércoles. Más tarde, su ministro de Defensa, Serguei Shoigu, le puso un número al decreto de su jefe: 300 mil hombres.

Durante el mensaje televisado, Putin ordenó a los jefes de todas las unidades, prestar todo el apoyo necesario y que todos aquellos ciudadanos que serán reclutados “contarán con todas las garantías sociales de los militares contratados”.

“El decreto de la movilización parcial prevé medidas para los ministros y las empresas de la industria de defensa. Tendrán que aumentar la producción de armamento y desplegar más capacidades de producción”, indicó Putin.

Además acusó a los aliados occidentales de Ucrania intentar destruir su país con armas nucleares y recordó que Moscú también cuenta con este tipo de recursos para defenderse.

Freedman considera en su análisis que Putin se niega a reconocer una derrota y continúa dando manotazos de ahogado. El anuncio de la movilización parcial es un ejemplo de ello. En lugar de intentar aminorar sus pérdidas y retirarse para evitar que las cosas se pongan peor, insiste en que sus objetivos se alcanzarán, aunque ya no son los mismos que llevaron a la invasión en febrero. Pequeñas ganancias de territorio que se creían fáciles de obtener han costado mucho más de lo previsto en tiempo, tropas y equipos.

A comienzos del conflicto, Putin veía a Ucrania como un país fácil de vencer y sin capacidad militar. Su mirada lo llevó a creer que la resistencia ucraniana se derrumbaría rápido y que entonces el país podría ser subyugado, lo que finalmente no sucedió. Ante el fracaso, Putin ahora se ha visto obligado a buscar nuevos maneras para aumentar sus tropas.

Imagen de archivo de dos cadáveres rusos en Irpin, cerca de Kiev. EFE/EPA/ROMAN PILIPEY/Archivo

Los errores

En Foreign Affairs, Freedman enumera cuatro errores claves cometidos por Putin que lo llevaron a la situación actual:

1. Se equivocó al no utilizar los medios diplomáticos para intentar poner fin al conflicto cuando ya era consciente que no iba por buen camino. En las primeras semanas tras la invasión, Putin tuvo innumerables oportunidades para dialogar con líderes mundiales, incluso a nivel de ministros de Asuntos Exteriores bajo los auspicios de Turquía. Según Freedman se obtuvieron avances en las ideas relacionadas con la futura neutralidad ucraniana a cambio de garantías de seguridad, pero nunca llegaron a concretarse y Rusia no fue capaz de convencer a los ucranianos de que cualquier concesión por su parte iba a conducir a una retirada rusa.

2. Putin creyó que recortar el suministro de gas natural a Europa provocaría que los gobiernos occidentales presionaran a Ucrania para que hiciera concesiones y dejara de proporcionarle ayuda militar. Sin embargo, no hubo ninguna queja entre los europeos para abandonar a Ucrania y aliviar el dolor económico causado por el recorte del gas. Al contrario, Europa decidió llevar adelante enormes esfuerzos para reducir su dependencia del gas ruso, haciendo que el Kremlin pierda un mercado vital a largo plazo.

3. Tras el fracaso de la ofensiva inicial en Kiev, Putin se centró en las ganancias territoriales en el Donbás. Para Freedman, la campaña en el este tenía más sentido desde el punto de vista político y podía ejecutarse de forma más deliberada y sistemática. De todos modos, implicaba también asumir un alto número de bajas para obtener pequeñas ganancias. Al mismo tiempo, mientras las capacidades ucranianas crecían, quedaban más en evidencia las vulnerabilidades rusas. El Kremlin no contaba con reservas para reforzar las defensas en las dos regiones al norte y al sur del Donbás -Kharkiv y Kherson- y al haber elegido defender Kherson dejó a sus fuerzas rusas expuestas en Kharkiv.

4. Por último, dado que la invasión fue pensada como una operación rápida, y por lo tanto limitada, la misma no fue acompañada de una movilización completa. De hecho Putin tardó cinco meses en referirse al conflicto como una guerra. En su visita a Irán en julio, el líder ruso expresó: “Nadie está a favor de la guerra. La pérdida de vidas de gente corriente es una gran tragedia. Sin embargo, el comportamiento de Occidente no nos ha dejado otra opción que reaccionar”. Fue la primera vez que decía la palabra “guerra”. Por ende, Rusia nunca tuvo suficientes tropas para llevar adelante un conflicto tan largo. En lugar de reconocer las dificultades, Putin buscó nuevos reclutas ofreciendo sobornos y engatusándolos para que entraran en servicio.



Un cañón autopropulsado alemán Panzerhaubitze 2000 se ve en la línea del frente, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en la región de Donbas, Ucrania 20 de agosto de 2022. REUTERS/

Milicias privadas

Al igual que muchos otros países, incluido Estados Unidos, Rusia ha utilizado durante años empresas militares privadas, que son organizaciones con ánimo de lucro que prestan servicios militares durante la guerra. La creciente visibilidad de estos grupos en Ucrania revela la tenue situación de los esfuerzos militares de Rusia, así como la inestable situación política interna de Moscú, sostiene el experto Christopher Michael Faulkner.

Muchos de los que ya estaban uniformados, como los de la marina, fueron llamados a desempeñar funciones para las que no habían sido entrenados. El Grupo Wagner, el conjunto de mercenarios rusos con estrechos vínculos con el Kremlin, debió ofrecer a los prisioneros una salida a sus condenas para que se sumen como voluntarios en el frente. Las operaciones se tornaron cada vez más difíciles porque las unidades de combate son incoherentes y están conformadas por grupos mal entrenados que nunca trabajaron juntos previamente.

Todas estas deficiencias hicieron que Ucrania pudiera avanzar con mayor rapidez y, para Freedman, es tarde para el intento de Putin de modificar el rumbo de la guerra con la movilización, mientras que la amenaza de usar armas nucleares solamente agravaría la historia sin modificar el rumbo que el propio líder del Kremlin ha marcado. El de su derrota

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