CLIMA: “CON MADURO, VENEZUELA SE MUERE...”
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El reloj astronómico de la alcaldía de Praga, marca la hora del planeta: "O te enfrías o te mueres...."
‣ VENEZUELA
EN EXTINCIÓN: el chavismo y el calentamiento acaban con los ecosistemas del país
‣ CARAQUEÑOS
RECHAZAN QUE MADURO PRETENDA UNA “CIUDAD COMUNAL” EN EL ÁVILA – (VPN)
‣ G20 ACUERDA LIMITAR EL CALENTAMIENTO A 1,5ºC
VENEZUELA: “No
obstante, desde la llegada del chavismo al poder, las acciones del Estado distan
de los convenios asumidos. No hay investigaciones oficiales ni tampoco se
suministran datos para el estudio de los científicos.
Los grupos universitarios y las organizaciones sin fines de lucro son quienes investigan, con financiamiento personal o de entes privados, la desaparición de los recursos naturales del país. Por ello, advierten que las proyecciones al respecto son limitadas.
Koala, muerte en la hoguera....
G20
acuerda limitar el calentamiento global a 1,5ºC
Los líderes del G20 reunidos en Roma
acordaron mantener el límite del calentamiento global en 1,5 grados centígrados
y emprender acciones para afrontar el problema, según confirmaron a Efe fuentes
oficiales tras una noche de largas negociaciones.
El pasado julio el encuentro de los ministros
de Energía y Medio Ambiente del G20 fracasó a la hora de establecer ese
objetivo común, después de que China e India, grandes contaminadores, se
negaran a aceptarlo.
La intención del G20 era consensuar una
postura común de cara a la Cumbre de Naciones Unidas para el Cambio Climático (COP26) que arranca hoy en la ciudad
británica de Glasgow (norte).
El acuerdo está «prácticamente cerrado, falta
solo algún fleco» sobre otras cuestiones, agregaron las fuentes.
Por el momento el G20, cuyos miembros
acumulan 80 % de la riqueza y 60 % de la población del mundo, ha consensuado
inversiones por 100.000 millones de euros para que los países en vías de
desarrollo puedan implementar políticas que les permitan respetar los
compromisos medioambientales.
Y se han acordado medidas para poner en marcha
a lo largo de esta década, que aún no han trascendido.
Las negociaciones han sido difíciles, pues se
trata de una cuestión espinosa por la exigencia de limitar las emisiones y la
producción industrial de las potencias.
Por eso el primer ministro anfitrión, el
italiano Mario Draghi, minutos antes de que trascendiese el acuerdo, instó a
sus socios del G20 en Roma a alcanzar un pacto para mantener el calentamiento
global en 1,5 grados, después de que en julio China e India lo rechazaran.
«Algunos de nosotros se preguntan por qué
están llevando nuestro objetivo climático de 2 grados a 1,5 ¿Por qué? Porque lo
dice la ciencia», advirtió Draghi, presidente de turno del G20, ante sus socios
en el plenario de la capital italiana.
Draghi llamó a sus socios a implementar la
transición ecológica para reducir las emisiones: «No podemos retrasarlo más.
Esta transición requiere un esfuerzo significativo y los Gobiernos deben estar
preparados para ayudar a sus ciudadanos y empresas», dijo.
El acuerdo de París estipulaba el objetivo
global de mantener el calentamiento del planeta «muy por debajo» de los 2
grados por encima de los niveles preindustriales, al tiempo que invitaba a los
países a esforzarse en limitarlo a 1,5 grados, lo que finalmente se ha logrado
hoy.
Glasgow,…
nubarrones
Deutsche
Welle
- El presidente de la COP26 anticipó que esta será "más difícil" que
la de París en 2015, en la que se alcanzó un importante acuerdo global para limitar
el calentamiento global
Bajo advertencias alarmistas de la ONU y de
los expertos, líderes del mundo entero acuden desde hoy (31.10.2021) hasta el
próximo 12 de noviembre a Glasgow (Escocia, Reino Unido) para una conferencia
sobre el cambio climático (COP26) llena de nubarrones, y con destacadas
ausencias. El mundo bate récords de temperatura, las sequías se hacen más
largas y dañinas y los fenómenos climáticos extremos, como los huracanes,
incrementan su fuerza devastadora, a causa de la influencia humana en la
atmósfera y los ecosistemas planetarios, explican los expertos y metereólogos.
Alok Sharma, presidente de la COP26, anticipa
que esta cumbre del clima será en muchos aspectos "más difícil" que
la reunión de París, en 2015, en la que se cerró un acuerdo para limitar el
calentamiento global por debajo de 2ºC. "El logro de París fue fantástico,
histórico, pero solo fue un acuerdo marco. Lo que tenemos que hacer desde
entonces es pactar algunas de las normas detalladas. Algunas de ellas todavía
están pendientes seis años después. Esto es un verdadero reto", afirmó
Sharma en una entrevista con el canal "Sky News".
El presidente de la cumbre señaló asimismo
que "las cuestiones geopolíticas son más difíciles que en París".
Cuestionado por ausencias destacables en Glasgow, como la del presidente de
China, Xi Jinping, y el de Rusia, Vladímir Putin, Sharma esgrimió que ambos
países han anunciado objetivos de cero emisiones netas para mediados de este
siglo. "La reunión de líderes [políticos, del lunes] es muy importante,
más de 120 mandatarios van a venir procedentes de todo el globo. Pero, además,
tendremos dos semanas de negociaciones detalladas", en las que también
participan equipos enviados por Rusia y China, subrayó.
"Mi mensaje a todos los líderes es
claro: dejen atrás los fantasmas del pasado y estén unidos en torno a este
asunto que nos afecta a todos, proteger nuestro precioso planeta", dijo
Sharma. El primer ministro británico, Boris Johnson, ha afirmado durante su
visita a Roma para el G20 que la COP26 va a ser el "momento de la verdad
para el mundo" y pidió "acciones decisivas" para limitar el
calentamiento global. La agenda de la conferencia ministerial cuenta con cuatro
principales asuntos, y es tan compleja que las negociaciones se abrirán este
mismo domingo, sin esperar los grandes discursos de casi 130 de jefes de Estado
y de Gobierno.
CON MADURO, Venezuela
está en extinción: el calentamiento acaba con los ecosistemas del país
Raúl
Castillo
- El
Diario - Cuando se habla de la “crisis en Venezuela”, pocos son los que
piensan en el clima.
Los paisajes propios de tarjeta postal de
playas color azul intenso, montañas blancas por la nieve y otras vistas
majestuosas, son de los pocos motivos de orgullo para los ciudadanos que miran
en la naturaleza una especie de bendición entre tanta precariedad.
Sin embargo, detrás de la grave situación
política, económica y social del país, hay otra razón para preocuparse: los
científicos alertan que el calentamiento global está alterando los ecosistemas
de Venezuela.
Los convenios del país sobre el cambio
climático datan de 1992. Ese año, ingresó en la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y en 1994 lo ratificó.
Posteriormente, en 1997, firmó el Protocolo de Kioto en el marco de la CMNUCC.
El texto comprometía a los países a reducir las emisiones de gases de efecto
invernadero. En 2015, con la firma del Acuerdo de París, se incrementaron los
compromisos de la nación para hacer frente al calentamiento global.
No obstante, desde la llegada del chavismo al
poder, las acciones del Estado distan de los convenios asumidos. No hay
investigaciones oficiales ni tampoco se suministran datos para el estudio de
los científicos. Los grupos universitarios y las organizaciones sin fines de
lucro son quienes investigan, con financiamiento personal o de entes privados,
la desaparición de los recursos naturales del país. Por ello, advierten que las
proyecciones al respecto son limitadas.
“Somos uno de los países más retrasados en
términos de documentación”, explica Alicia Villamizar, profesora del Departamento
de Estudios Ambientales de la Universidad Simón Bolívar (USB) y coganadora del
Premio Nobel de la Paz en el año 2007. La catedrática argumenta que Venezuela, como
país firmante de los acuerdos, debe presentar cada dos o cinco años sus
“comunicaciones nacionales” de cambio climático, sin embargo, en los últimos 20
años no se ha presentado ninguno de esos balances.
Con base en sus investigaciones, científicos
e investigadores explicaron para El Diario de Caracas los efectos que
ya tiene el calentamiento global en los principales ecosistemas del territorio
nacional.
Asimismo, plantean las proyecciones ecológicas para Venezuela, un país que pierde sus principales recursos naturales entre la indiferencia del Estado y el desconocimiento de la población.
Pico Bolivar - 1940El Pico
Humboldt se queda sin nieve. Foto: Jorge Silva | Reuters
La ciudad de las nieves en desaparición
Montañas blancas, glaciares lejanos y bajas
temperaturas eran las características que hacían de Mérida una ciudad atractiva
para los visitantes acostumbrados a climas calurosos. Aunque el frío se
mantiene, desde la ciudad ya no se divisa el mismo paisaje. La que durante
décadas recibió el nombre de “La ciudad de las nieves eternas”, hoy ve cómo su
mayor orgullo se derrite lentamente.
Luis Daniel Llambi, profesor titular del Instituto de Ciencias Ambientales y Ecológicas de la Universidad de Los Andes (ULA) explicó que en la región andina la temperatura aumenta más con respecto a otros países del mundo. Aclaró que tal efecto se produce debido a que se encuentran en el trópico, puesto que las temperaturas altas son más fuertes.
La resistencia del glaciar ubicado en el
Humboldt, explica Llambi, se debe a su emplazamiento en una zona relativamente
plana en la base, en la que se encuentra más protegido de la radiación directa.
El proceso será largo, advierte, pero su extinción es inevitable.
Para hacer seguimiento a este fenómeno, National Geographic Society se encuentra financiando el Proyecto Último Glaciar de Venezuela, un trabajo en el que un grupo de ocho científicos venezolanos estudian la dinámica del Humboldt.
El proyecto está bajo la coordinación del
profesor Llambi, según comentó para El Diario de Caracas. La iniciativa
cuenta con el apoyo logístico de Inparques Mérida y el teleférico Mukumbarí.
Las primeras expediciones realizadas en junio de este año confirmaron la gravedad de la situación. Contrarrestando con mediciones realizadas en el año 2016, el geógrafo Nerio Ramírez determinó que desde entonces el glaciar redujo 25% su tamaño. Las evaluaciones finalizarán en mayo del próximo año.
“En Mérida, esto de los glaciares que están desapareciendo, es como una pantalla donde se ve el cambio climático pasando frente a tus ojos”, comentó Alejandra Melfo, físico de la ULA e integrante del Proyecto Último Glaciar de Venezuela. “El glaciar del Pico Bolívar se veía desde la ciudad, y ya no se ve, desapareció completamente en los últimos años. Desde Mérida ya no se ven glaciares. Da mucha tristeza e impresión porque es muy grande, entonces es fuerte pensar que una cosa así puede desaparecer”, lamentó Melfo.
La físico agregó que para los investigadores,
además de posiblemente ser la última oportunidad de estudiar este tipo de
monumentos naturales en Venezuela, supone quedarse en el país un año más. La
paga, aunque es casi ínfima, se salda con la satisfacción de dejar registro de
un territorio que nunca volverá a ser como antes.
“Teníamos prevista la primera expedición cuando ocurrió el gran apagón en marzo y nos quedamos sin saber qué iba a pasar con nosotros. Por eso las expediciones se retrasaron y nos agarró la época de lluvia. Fue muy emocionante porque para varias personas del proyecto implicó decir ‘me tengo que quedar en Venezuela otro año’. Y alguno de nosotros estábamos buscando la excusa para poder hacer eso porque no nos queremos ir”, aseveró.
Las proyecciones para el futuro son igual de
dramáticas. De acuerdo con el Primer Reporte de Cambio Climático en
Venezuela realizado en el año 2018 por un conjunto de científicos del país, se
espera que para 2060 el promedio de temperatura aumente entre 1ºC y 3.5ºC en
diferentes lugares del territorio nacional.
Si bien la entidad andina se verá impactada,
Zulia será el estado con mayores registros, explicó Alicia Villamizar.
Para finales del siglo estiman que la
temperatura aumentará 23% en el Lago de Maracaibo.
A pesar de esto, el deshielo está abriendo
paso al surgimiento de nuevas especies en Mérida. Donde antes había nieve, ahora
hay una diversidad de hasta 100 tipos de líquenes, musgos y otras plantas,
según verificaron los investigadores en el marco del Proyecto Gloria (Global
Observation Research Initiative in Alpine Environments, por sus siglas en
inglés), que se desarrolló en Los Andes de Suramérica entre los años 2011 y
2015.
“Las primeras observaciones parecieran
sugerir que las especies que viven en zonas más bajas pueden llegar a
establecerse en las cumbres porque la temperatura ha aumentado. Por un lado es
positivo porque hay nuevas especies, pero por el otro los especialistas en alta
montaña no tienen a dónde subir. Como la forma de las montañas es cónica,
mientras más arriba se esté menos espacio de distribución tienen. Los
frailejones, que solo se encuentran en las cumbres, están en riesgo”, explicó
Llambi, mientras advierte que aunque es previsible que este hecho sea producto
del cambio climático, harán falta registros a largo plazo para confirmarlo.
Los científicos aseguran que el deshielo no
producirá ningún impacto hidrológico en el país. “No es cierto que si
desaparecen los glaciares nos quedaríamos sin agua. Ahora, la previsión para
Venezuela indica una reducción de las precipitaciones. Si llueve menos y se
calienta más, afecta el riego de cultivos de tierra fría como las hortalizas
andinas, la papa, entre otras”, aseveró Llambi.
Villamizar detalló que entre los años 2071 y
2095 se prevé una disminución máxima de -1.12 milímetros de agua por día, lo
que representa una reducción de 23.5% de precipitaciones en el escenario más
desfavorable.
Desde el teleférico Mukumbarí el paisaje es
desolador. A la catástrofe causada por la crisis económica y de servicios
públicos que afecta a la ciudad, se suma la pérdida de “las nieves eternas”,
ícono por excelencia del estado andino.
Los
mares pierden su vida
Si el aumento de la temperatura acaba con los
glaciares y amenaza a las nevadas, en la vida marina del país la situación no
es muy diferente.
Con estimaciones superiores a 29ºC, el
calentamiento del mar ha producido el blanqueamiento y muerte de los
principales arrecifes coralinos de Venezuela.
Cuando en el año 1999 Estrella Villamizar
comenzó a estudiar los corales de Los Roques, los colores llamativos de estas
estructuras subacuáticas abundaban dentro de uno de los mares más prodigiosos
del Caribe. En algunos lugares de la isla, los arrecifes cubrían 60% del fondo
marino. 20 años después estima que se ha perdido la mitad de esos corales. Una
de las más afectadas es la Estación de Biología Marina Dos Mosquises,
construida en 1976, que para 2010 solo tenía 25% de los arrecifes, de acuerdo
con registros realizados por investigadores de la Universidad Simón Bolívar
(USB).
Desde esa fecha, no hay estudios para
determinar la situación de los corales, explica la ahora integrante del
Instituto de Zoología Tropical de la Facultad de Ciencias de la Universidad
Central de Venezuela (UCV).
En el año 2014 el gobierno de Nicolás Maduro
decidió cancelar, a través del Ministerio de Agricultura y Tierras, la
concesión de la Fundación Científica Los Roques.
La ONG tenía más de 50 años de historia en
los que apoyó a científicos para la investigación de los arrecifes, además de
la preservación de las tortugas de la isla. El organismo fue suplantado por la
Fundación de Investigaciones Marítimas Francisco de Miranda. Actualmente la
estación biológica está dirigida por “cuatro o cinco militares”, afirmó
Villamizar, quienes no han permitido la realización de nuevos estudios.
“Ese arrecife para nosotros era como una
escuela en el campo, porque como lo habían seguido muchos investigadores
durante los años 70 y 80, teníamos registro de todo lo que pasaba. Los
proyectos que hemos metido no los han aprobado”, dijo.
La periodista Valentina Quintero denunció en
el año 2014 que luego de la desaparición de la ONG, el asesinato de las
tortugas marinas se hizo frecuente porque su carne “se puso de moda” entre los
dueños de yates. Asimismo, en 2016 publicó una foto en su Twitter en la que se
aprecian los restos de la estructura en la que se encontraba la Fundación
Científica Los Roques.
Además de las consecuencias del calentamiento
global, Villamizar denuncia que la situación en la isla también se está viendo
permeada por la construcción de posadas en varios cayos alrededor del Gran
Roque, un área bajo régimen de protección especial.
Las reticencias del Estado no han prohibido
que los científicos sigan evaluando la situación de los corales en otras playas
del país. Un grupo de profesionales del Instituto de Zoología Tropical ganaron
este año un financiamiento del gobierno de Reino Unido para estudiar los
cambios coralinos en los cayos de Morrocoy. El estudio durará dos años y las
expediciones iniciaron el pasado mes de junio.
De los 12 cayos que visitó el equipo, en al
menos 8 los corales están cerca de desaparecer. “Los que están muy hacia el sur
o muy hacia al norte de Morrocoy, como Paiclas, Playa Mero, un lago coralino,
están muy destruidos. Los corales están casi todos muertos, con sedimentos.
Lamentablemente algunos están casi perdidos”, lamentó Villamizar, mientras
agregó que para que los mismos se recuperen hará falta cientos de años.
Costas
en peligro
Otro de los efectos del calentamiento global
en el mundo es el incremento del nivel del mar. En Florida, Estados Unidos,
científicos de la ONG Climate Central prevén que para el año 2100 una de cada
ocho casas estarán bajo el mar. También estiman que 275 millones de personas en
todo el mundo viven en áreas que eventualmente se inundarán luego de que el
planeta alcance un calentamiento global de 3°C. Las costas y archipiélagos
venezolanos podrían estar en ese grupo, señalan investigadores locales.
Alicia Villamizar explicó que 80% de la costa
venezolana se considera “costa baja”, por lo que la problemática afectaría en
mayor proporción. Para el año 2050 se espera que el aumento del nivel del mar
se produzca en un promedio de 50 centímetros y para 2100 en un promedio cercano
a 1 metro.
“Eso significa que vas a tener problemas de
inundación por agua salada que va a afectar a las ciudades que tenemos en el
flanco norte de Venezuela, que es donde estamos concentrados como población y
están los puertos, los complejos petroquímicos, entre otros”, comentó la
coganadora del Premio Nobel de la Paz. Argumenta que con base en una serie de
investigaciones realizadas en la última década, pueden determinar que alrededor
de 50 o 60 km² a lo largo de toda la costa serían afectados.
A su vez, las inundaciones generarían
conflictos geopolíticos con otros países, por lo que Venezuela podría perder
parte de la soberanía sobre algunas zonas. “Los que tienen mayor riesgo son
nuestros territorios insulares, sobre todo los oceánicos”, especificó
Villamizar.
El biólogo pesquero Juan José Cárdenas añadió que una eventual tragedia ocurrirá en varias escalas temporales: “Se pueden perder poblaciones. Los Roques, La Tortuga, La Orchila, las calles de Juan Griego, Puerto Cabello, están en riesgo”, dijo.
El pueblo de Juan Griego, en Nueva Esparta, sería una de las zonas en
peligro de desaparecer | Foto: Daniel Ramírez. El Sol de Margarita
Cárdenas explicó que mientras en algunas
ciudades del mundo están construyendo barreras para contener el aumento del
nivel del mar, en Venezuela “no estamos haciendo absolutamente nada, estamos
esperando que las cosas pasen. Ya estamos sufriendo las consecuencias. No será
un evento cataclísmico de un día o varios, es un fenómeno progresivo que ya
estamos viendo y sufriendo”.
Los analistas coinciden en que las acciones
son pocas para detener estos cambios. No obstante, reiteran que se requieren
políticas ambientales para la preservación de los ecosistemas. Solo así, dicen,
los ciudadanos tomarán conciencia de que dentro de la crisis que golpea al
país, los recursos naturales también se están perdiendo.
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