MADURO, EL RADIOCIDA DEL CAMBUCHE
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► EN 20 AÑOS, EL RÉGIMEN CERRÓ -AL MENOS- 233 EMISORAS DE
RADIO
► MADURO BATE SU PROPIO RÉCORD: CLAUSURÓ 34 EMISORAS
► CONATEL CERRÓ EN UNA SEMANA 11 EMISORAS EN EL ZULIA
El ministro Meléndez explicando a Diosdado Cabello y Nicolás Maduro como los españoles fueron responsables de los deslaves de Tejerías y Maracay y los "cambuches" de Maduro....
Cambuche: En Colombia significa "Vivienda
precaria construida con materiales rústicos o de desechos".
Nicolás Maduro se refirió a los “cambuches” que
construyeron los asentados en los cauces de agua en Las Tajerías….
En Venezuela a los “cambuches” se les llama “ranchos”.
CESAR
MOYA - @zuricht94 -
Aunque Ustedes no lo crean: “La Tragedia
de Tejerias fue ocasionada por los españoles porque fueron arrimando a los
esclavos hacia lo que es hoy la carretera nacional”. VIDEO
Vladimir Villegas exhorta al presidente Nicolás Maduro a reconsiderar esas medidas contra decenas de emisoras de radio
La verdad no será transmitida
Omar González - Por muchos años los
socialistas que usurpan el poder en Venezuela repetían constantemente el
documental La revolución no será transmitida como parte de sus
campañas propagandísticas en contra de los medios de comunicación social.
Ahora, más de 20 años después de aquel trabajo audiovisual hecho para
criticar a la prensa libre, podemos parafrasear aquel título y decir: La verdad no será transmitida.
Sí, hoy la verdad de
los hechos que acontecen en Venezuela no son transmitidos. Y no lo son por
varias razones puntuales.
Una de ellas es que
la autocensura se ha transformado en una constante en todo el territorio
nacional. A través de leyes autoritarias, mediante presiones económicas y
operativas, utilizando el hostigamiento y la persecución, los medios de
comunicación venezolanos han tenido que bajar la guardia.
Hoy la verdad es
dosificada, es endulzada, es anestesiada. Hoy la verdad es disfrazada y
maquillada para que sea del agrado de quienes se sostienen ilegalmente en los
pasillos y en las oficinas del Palacio de Miraflores.
La verdad no será
transmitida porque los canales de televisión nacionales están arrodillados ante
las presiones del Estado, porque los canales internacionales han sido vetados
y, porque cada vez son menos las estaciones de radio independientes en la
nación. La prensa escrita prácticamente desapareció en Venezuela.
En las últimas
semanas la Comisión Nacional de Telecomunicaciones ha sacado del aire a un sin
fin de estaciones radiales -más de 50- por el simple hecho de mantener
una línea independiente, por criticar y exponer lo que en realidad está
sucediendo en el país.
Las cierran y
entregan los diales – las frecuencias- a cómplices de Maduro, a truhánes que no
hacen periodismos sino que se contentan con ser pregoneros de notas o
comunicados de prensa del Ministerio de Comunicación e Información de Nicolás
Maduro.
Los periodistas han
vivido la censura en carne propia. Le han cerrado programas de opinión, los han
encarcelado, perseguidos y hostigados por el simple hecho de no tener miedo y
por denunciar lo que se debe denunciar y decir lo que se debe decir.
Venezuela es un país
censurado, es un país donde no hay libertad de prensa. Aquí lo que existe
es una pantalla, un montaje para el que ve desde afuera crea que en el país
existen medios privados de información. Es solo una sombra, una proyección
ficticia que solo busca crear una ilusión.
Aquellos que resisten
en los medios de comunicación y aquellos que se abren camino a través de las
redes, venciendo a las políticas censuradoras del sistema venezolano, les digo,
con todo respeto, el país se los agradece y espera que sigan adelante.
Ante la arremetida de
Miraflores en contra de la prensa, los periodistas tenemos que dar un paso al
frente y avanzar. Debemos ingeniar todas las formas posibles e imposibles para
que la verdad no sea sepultada por completo.
La verdad es el peor
enemigo del modelo opresor, y es la principal responsabilidad del ejercicio del
periodismo. Es por ello que socialismo y periodismo son incompatibles. Así de
simple.
Y sin más que agregar, nos leemos la próxima semana. - El Nacional
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