PETRO: LA HORA DE LOS ADIVINOS Y SANTEROS
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PROMETIÓ TRANSFORMAR A COLOMBIA ¿PODRÁ CUMPLIR? - NYT
► PETRO Y SUS PRINCIPALES RETOS –
BBC
► «SE LEVANTA UNA CORTINA»: COLOMBIA-VENEZUELA TRAS EL TRIUNFO
►LA IZQUIERDA DE PETRO (Y CÓMO SE COMPARA CON AMLO, BORIC Y OTROS
GOBERNANTES DE AMLAT)
►TRANSICIÓN
ENERGÉTICA EN COLOMBIA: ¿FIN DEL EXTRACTIVISMO?
EE.UU. y Venezuela en la agenda
Gerardo Lisardy - BBC - Apenas fue electo presidente de Colombia, Gustavo Petro lanzó un mensaje
público a Washington.
«Creo que llegó el
momento de sentarnos con el gobierno de los Estados Unidos y hablar», dijo en
su discurso del domingo a la noche, tras ganar las elecciones.
De inmediato, explicó
que quiere buscar un acuerdo sobre los gases de efecto invernadero que emite
EE.UU. y que son absorbidos por la «esponja» de la selva amazónica que Colombia
comparte con otros países de la región.
«Si allá se emite y aquí absorbemos, ¿por qué
no dialogamos?«, se preguntó Petro. «Le propongo al gobierno de los
Estados Unidos y a todos los gobiernos de América sentarnos a dialogar para
acelerar los pasos de la transición energética».
Pero la idea de
«descarbonizar» la economía está lejos de ser el único tema sensible entre el
primer presidente de izquierda electo en Colombia y Washington, que tiene a ese
país como su aliado más estrecho en América Latina.
En la agenda asoman
otros asuntos como la estrategia
antidrogas o la intención de Petro de restablecer relaciones
diplomáticas con Venezuela que, según expertos, pueden darle un giro importante
a la política exterior de Bogotá.
Cuestión de seguridad
EE.UU. asigna una
importancia singular a sus lazos con Colombia.
Una señal de esto se
vio este mes, cuando el presidente Joe Biden eligió entre todos los gobernantes
del continente a su par colombiano saliente, Iván Duque, para que se sentara a su lado en el acto inaugural de
la Cumbre de las Américas en Los Ángeles.
Hay varios motivos
detrás de ese gesto.
Colombia es el país
latinoamericano que en los últimos tiempos ha recibido más dinero de EE.UU. en
asistencia de seguridad y económica: unos US$13.000 millones desde el año 2000.
Esta ayuda se
canalizó en gran medida a través del «Plan Colombia», concebido para enfrentar
el tráfico de drogas y los movimientos guerrilleros en el país sudamericano, e
incluyó desde cooperación y entrenamiento militar hasta apoyo de inteligencia.
Petro, un economista
y exmiembro de la guerrilla nacionalista del M-19, desmovilizada en 1990,
informó que tuvo este miércoles una conversación «muy amistosa» con Biden y que éste habló de
«una relación ‘más igualitaria’ en provecho de los dos pueblos».
La Casa Blanca indicó
que Biden felicitó a Petro y a su vicepresidenta electa, Francia Márquez, por
su elección y dijo que espera reforzar la cooperación bilateral, «incluso en
cambio climático, seguridad sanitaria e implementación del Acuerdo de Paz de
2016» entre el Estado colombiano y la guerrilla de las FARC.
«El presidente Biden
también agradeció la oportunidad de discutir la seguridad bilateral y la
cooperación antinarcóticos», agregó el comunicado. «Discutieron la importancia
del respeto mutuo y la
colaboración como base de la relación EE.UU.-Colombia».
Pero esa relación
estratégica entre los dos países podría ponerse a prueba con el cambio de
gobierno colombiano en agosto.
Petro ha indicado que
quiere anunciar el fracaso de la «guerra contra las drogas» y reexaminar el
tratado de libre comercio entre Colombia y EE.UU., que a su juicio atenta
contra la producción agraria de su país.
Y algunos analistas prevén dificultades en la
relación bilateral, aunque ninguno de los dos gobiernos tenga interés en
causarlas.
En la política
antidrogas, Petro «va a chocarse con un gobierno de EE.UU. que habla de cambiar
algunos aspectos pero que realmente sigue con los mismos marcos que en los años
’80», dice Adam Isaacson,
un experto de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por
sus siglas en inglés).
Agrega que, si en su
búsqueda de energías limpias Petro pone trabas a inversiones de compañías
petroleras de EE.UU. en Colombia, quizás también haya «desacuerdos diplomáticos
bastante fuertes».
Arlene Tickner, una profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad del
Rosario, en Bogotá, ve sin embargo coincidencias entre el programa de Petro y
la agenda de Biden sobre energía limpia y cuidado del medio ambiente.
«Donde realmente hay sensibilidad es en la sensación de perder al principal aliado y socio (de EE.UU.) en América Latina. Y esto, en temas neurálgicos como el plan seguridad, es algo a mi modo de ver inquietante para Washington», dice Tickner a BBC Mundo
.
El factor Maduro
Si bien ha calificado
de «dictatorial» al gobierno de Nicolás
Maduro en Venezuela, el presidente electo de Colombia quiere
restablecer la diplomacia entre ambas naciones, que comparten una difícil
frontera de más de 2.200 kilómetros.
Maduro rompió
relaciones diplomáticas con Colombia en 2019 al acusar al gobierno de Duque de
«fascista» después que dejara de reconocerlo como presidente venezolano y
acreditara en su lugar al líder opositor Juan Guaidó.
Aquella estrategia de
aislamiento internacional de Maduro, impulsada por EE.UU. bajo el gobierno del
expresidente Donald Trump y aún vigente en buena medida, podría perder ahora el
apoyo clave de Colombia.
Maduro felicitó a
Petro y a Márquez por su victoria electoral.
«Nuevos tiempos se
avizoran para este hermano país», tuiteó.
Por su lado, Petro
reclamó el domingo «un diálogo en las Américas sin exclusiones».
Esto fue visto por
algunos como una alusión a la polémica regional por la decisión de Biden de
dejar fuera de la Cumbre de las Américas a Venezuela, Cuba y Nicaragua por
considerarlas dictaduras.
Entre Colombia y
Venezuela «hay una cantidad de problemas que atender», señala Tickner, y la
vuelta de la diplomacia podría contribuir a ello.
Los retos incluyen
desde los cerca de 1,8 millones de migrantes venezolanos que huyeron a Colombia
por la crisis económica y social, hasta la tensión en la frontera por la acción
de grupos armados ilegales y ejércitos de ambos países.
¿Flexibilidad?
Petro definió que su
prioridad diplomática será poner a Colombia «al frente en el mundo de la lucha
contra el cambio climático».
Y lanzó un guiño a
una región donde otros izquierdistas como él han llegado al poder en una ola de
descontento con la clase política, la desigualdad social y el estancamiento
económico.
«Le propongo a
América Latina integrarnos más decididamente», dijo en su discurso triunfal el
domingo. «Le propongo a Colombia mirarnos como latinoamericanos, que es lo que
somos».
Es posible que Petro
busque además estrechar vínculos con otras potencias mundiales como China o la
Unión Europea mientras afloja la «relación especial» de Colombia con EE.UU.,
señala Isaacson.
A su juicio, el
vínculo entre Washington y Bogotá precisará de flexibilidad mutua y, aunque los
republicanos en el Congreso de EE.UU. desconfíen más de la ideología de Petro,
quizás la Casa Blanca de Biden preste más atención a su modo de gobernar.
«Si Petro gobierna
desde la izquierda, pero desde una izquierda democrática, (…) no creo que haya
muchos problemas con EE.UU.», señala. «Pero si muestra rasgos populistas
autoritarios, por supuesto que EE.UU. va a decirlo y habrá más roces».
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