“3 EN 1" , LUBRICANTE CON ¿FUTURO ?

EL COLAPSO DEL INTERINATO Y EL FUTURO DE LA OPOSICIÓN - Manuel Malaver CHAVISMO APRUEBA PROYECTO DE LEY QUE CRIMINALIZA A LAS ONG ORTEGA, SOCIO DE MADURO YA  DISOLVIÓ MÁS DE 3.000 ONG EN NICARAGUA   - DW Manuel Malaver – Especial para EdC - Si no fuera por las multitudes de docentes que desde el lunes 9 de enero pasado tomaron las calles de Venezuela para protestar contra el salario de bambre que la dictadura de Maduro les ha fijado en 30 dólares mensuales, podría establecerse que la entronización del sistema socialista en el país sigue sin mayores perturbaciones y que dentro de poco seremos una segunda Cuba aunque con v´´iaas de escape que incluyen la frontera terrestre y los vuelos aéreos. Pero hay también focos de enfrentamientos y revueltas en la llamada “Zona de Hierro,” que tienen como centro a la ciudad de Puerto Ordaz o Ciudad Guayana, donde los obreros de las otroras prósperas empresas del hierro, el aluminio y la bauxita han tomado sus lugares de trabajo como punto...

MADURO, MALANDRO DE ALTO VUELO


Nicolás Maduro ¿iría a Teherán para agradecer a los muhla  los 3 aviones - sancionados por Estados Unidos, que le regalaron?

► LA ECONOMÍA DELICTIVA DEL RÉGIMEN DE MADURO LE REPORTA US$ 10.000 MILLONES AL AÑO

"Estamos avanzando,..." dice Nicolás Maduro

Maduro: Poder prestado; aviones regalados

Laureano Pérez Izquierdo - Infobae - El dictador venezolano Nicolás Maduro arriba a Teherán el pasado 10 de junio. Lo hizo abordo del Airbus A340-642 matrícula YV3533 de Conviasa que era propiedad de Mahan Airlines. Las dos líneas aéreas y el avión están sancionados por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos (Palacio de Miraflores)El pasado 10 de junio, cuando el escándalo por los aviones iraníes en América Latina aún volaba bajo, Nicolás Maduro llegó a Teherán. Arribó tras una breve visita a Turquía. Una aeronave del Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa), que suele unir Caracas con la capital oriental con pocos pasajeros pero mucha carga, lo depositó allí. El dictador chavista estaba exultante en ese avión comercial matrícula YV3533.

Tanto la empresa como la nave fueron sancionadas por el Departamento del Tesoro de los Estados UnidosMahan Airlines había transferido el vehículo a la empresa venezolana el pasado 15 de marzo. El heredero de Hugo Chávez está al tanto de todos esos detalles.

El Boeing regalado - malandro, sancionado y "retenido"

Ese Airbus A340-642 se muestra activo en toda la región latinoamericana. Estuvo cuatro veces en Argentina antes de que el Boeing 747 de la empresa venezolana-iraní Emtrasur fuera retenido en Ezeiza. Una vez voló desde La Habana, Cuba (28 de abril) y otras tres desde Caracas (2, 9 y 16 de mayo). La semana pasada fue Chile el país que lo recibió.

En total son tres los aviones que el régimen iraní transfirió generosamente a sus pares chavistas:

 YV3531 el Boeing 747 de la facilitadora Emtrasur;

 YV3533 de Conviasa y usado por Maduro en su gira por Medio Oriente y que estuvo en la Argentina reiteradas veces.

YV3535, otro Airbus A340-642 sancionado por el Tesoro y transferido el 13 de junio por Mahan Airlines Conviasa.

La particularidad de este último radica en que cuando quiso aterrizar en Buenos Aires proveniente de Caracas la semana última decidió desviarse a Santa Cruz de la SierraBolivia, para evitar la misma suerte que el Boeing de carga diversa y quedar a disposición de la justicia local. Dejó varados a 200 pasajeros. Esta semana esa aeronave voló a Teherán.

Una vez en Irán aquel 10 de junio, Maduro se sintió cómodo, como en casa.

Se reunió con el jefe de estado Ebrahim Raisirindió tributo a Qassem Soleimani -el general acusado de terrorismo abatido en enero de 2020- y firmó múltiples acuerdos de cooperación en diversas  áreas con letra tan pequeña que muy pocos los entienden.

Desde allí, durante una entrevista agradeció al presidente argentino Alberto Fernández por haber sido su vocero en la IX Cumbre de las Américas en Los Ángeles frente a Joe Biden, pese a que la justicia argentina aún busca la manera de capturar y enjuiciar a los miembros del régimen de los ayatollah que participaron de los ataques terroristas ejecutados por Hezbollah contra la Embajada de Israel en 1992 y contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994. En ambos atentados murieron asesinadas un total de 107 personas. Al jefe chavista parece no importarle esa sangre inocente.

Pero al parecer tampoco le interesaría aliviar las sanciones de su país. 

Venezuela está a muy poco de conseguir normalizar en parte las relaciones con los Estados Unidos algo impensado meses atrás. Esto generaría un importante alivio para que le economía de aquel golpeado país con índices de pobreza extrema recobre impulso. 

Washington podría comprometerse a levantar sanciones y a permitir la libre comercialización de petróleo, algo que en el actual contexto internacional significaría una entrada de divisas extraordinaria no sólo para las arcas de Caracas sino, en definitiva, para su población.

Nicolás Maduro se reúne con el jefe de estado iraní, Ebrahim Raisi en Teherán, Irán el pasado 12 de junio (Palacio de Miraflores)

Sin embargo, el acercamiento de Maduro con Teherán podría derribar esa oportunidad histórica. El sucesor de Chávez pone en riesgo el desarrollo de la economía venezolana y el futuro de su administración por sus vínculos con la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC, por sus siglas en inglés), organización considerada terrorista por la Casa Blanca.

El ejemplo del avión de Emtrasur inmovilizado en Argentina debería actuar como aviso de lo riesgoso que son los vínculos carnales que unen Caracas con Teherán. Los lazos de esa nave con la IRGC podrían provocar una catarata de nuevas sanciones en Venezuela. ¿En Buenos Aires también comienzan a ponerse nerviosos por una derivación semejante?

Protagonistas de peso dentro del Palacio de Miraflores creen que también se podrían levantar algunas de las amonestaciones que someten a los popes del régimen. Militares y ministros con intereses en el exterior son los que más empujan para que se aleje a los iraníes del caribe y se firme el armisticio con el Tesoro norteamericano.

Es que el escándalo del avión no sólo impactó dentro del régimen chavista. BoliviaParaguayChile Uruguay se vieron salpicados por los sospechosos vuelos amparados por Venezuela. Esos gobiernos sienten haber sido engañados y haber quedado involucrados en una trama de servicios secretos, grupos terroristas y tráfico de armas o posible material bélico. “Es más fácil confeccionar la lista de cosas que no subieron a esos aviones que el inventario de cosas que transportan”, ironizan en Caracas.

Otros van más allá e intentan interpretar a Maduro. “¿Acaso no se quejó siempre y repetía él y sus voceros que las sanciones eran la causa de todos los males de los venezolanos?”, dice un hombre fuerte de la justicia chavista que prefiere preservar su identidad y su trabajo. Ahora está al alcance del dictador caraqueño eliminar gran parte de esas sanciones que tanto dijo que afectaban la vida de los venezolanos. Quizás sienta que si lo hace quedan al desnudo sus excusas. O sus negocios.

Por petróleo baila el Imperio

Altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos han viajado discretamente a Caracas en un nuevo intento de reconstruir las relaciones con el ex-gigante petrolero sudamericano mientras la guerra en Ucrania se prolonga, lo que ha hecho subir los precios de la gasolina y obligado a Washington a recalibrar otros objetivos de política exterior.

La presencia de la delegación norteamericana fue confirmada por el propio dictador Nicolás Maduro, quien este lunes afirmó que Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional chavista, fue el encargado de recibir a los funcionarios norteamericanos: “Está reunido con una delegación de Estados Unidos y está trabajando para darle continuidad a las comunicaciones iniciadas el 5 de marzo y para darle continuidad a la agenda bilateral entre Venezuela y Estados Unidos”.

“Seguimos conversando diversos temas”, agregó Maduro en un acto transmitido en la televisión oficial.

La delegación que llegó el lunes a Caracas incluye al embajador James Story, que dirige la Unidad de Asuntos Venezolanos del gobierno estadounidense desde la vecina Colombia, según indicó un portavoz del Departamento de Estado bajo condición de anonimato para no interferir en las discusiones diplomáticas.

La comitiva también incluye a Roger Carstens, el enviado presidencial especial para asuntos de rehenes.

El funcionario del Departamento de Estado describió el viaje de Carstens como una visita de bienestar centrada en la seguridad de varios ciudadanos estadounidenses detenidos en Caracas, incluido un grupo de ejecutivos de la compañía petrolera Citgo, con sede en Houston, que están encarcelados desde hace más de cuatro años.

No está claro qué más pretenden conseguir los funcionarios estadounidenses durante la misión. Pero se da tras una visita sorpresa en marzo de Story y Carstens y de Juan Gonzalez, el director del Consejo de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, que fue el primer viaje de la Casa Blanca al país sudamericano en más de dos décadas.

El mismo día que Washington informó de la visita a Caracas, Maduro confirmó su reunión “con una delegación estadounidense de alto nivel”, a la que transmitió su voluntad de “avanzar en una agenda que permita el bienestar y la paz”, después de años de enfrentamiento entre ambos países.

Desde entonces, tanto la administración de Biden como la dictadura de Venezuela han mostrado una disposición a comprometerse después de años de hostilidades entre Washington y Caracas a raíz de la reelección de Nicolás Maduro en 2018, que se vio empañada por irregularidades y denuncias de fraude.

Primero, el dictador chavista liberó a dos estadounidenses como gesto de buena voluntad y prometió reanudar las negociaciones en México con la oposición respaldada por Estados Unidos.

Posteriormente, Washington renovó una licencia para que las empresas petroleras, incluida Chevron, puedan seguir operando en Venezuela, que ha estado bajo fuertes sanciones desde 2019. Luego, a principios de este mes, la Casa Blanca levantó las sanciones a un alto funcionario venezolano que es sobrino de la primera dama Cilia Flores.

No obstante, una de las condiciones que Estados Unidos pone para que las relaciones con Venezuela se retomen y se estabilicen es que tanto la oposición como el chavismo vuelvan a Ciudad de México para reiniciar los diálogos de paz.

Noruega ha sido facilitador del diálogo entre la dictadura de Nicolás Maduro y la oposición venezolana. Sin embargo, la delegación del chavismo se retiró de las negociaciones celebradas en México en protesta por la extradición de Cabo Verde a Estados Unidos del colombiano Alex Saab, testaferro de Maduro.

Días atrás, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, dijo creer que el régimen de Maduro y la oposición reanudarán las conversaciones. En la clausura de la Cumbre de las Américas en Los Ángeles a la que no fue invitada ninguna de las partes venezolanas, renovó la disposición de Washington a suavizar las sanciones si Maduro se compromete con la oposición de Juan Guaidó.

Las dos partes “han señalado la intención de reanudar esas conversaciones y negociaciones en la Ciudad de México”. “Esa es la información más reciente que tenemos”, dijo el jefe de la diplomacia norteamericana a periodistas.

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