JOE BIDEN,…”Y AL VINO, ¡VINO!”
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"No se preocupen,... no habrá ninguna invasión"
► UCRANIA Y LOS 30 DÍAS DE FRACASO DE
PUTIN - MANUEL MALAVER
► JOE BIDEN: PUTIN "NO PUEDE PERMANECER EN EL PODER": “…CRIMINAL, CARNICERO…”
► ZELENSKY:
KIEV ESTÁ DISPUESTA A UN ESTATUS NEUTRAL Y NO NUCLEAR
► OLAF SCHOLZ : “LA OTAN NO PRETENDE CAMBIO DE RÉGIMEN EN RUSIA”
► ZELENSKY:
KIEV ACEPTARÍA UN ESTATUS NEUTRAL Y NO NUCLEAR
► OLAF
SCHOLZ : “LA OTAN NO PRETENDE CAMBIO DE RÉGIMEN EN RUSIA”
► UCRANIA
ELEVA A 515.000 MILLONES DE EUROS LAS PÉRDIDAS POR LA INVASIÓN RUSA
Kiev buscará compensar las pérdidas exigiendo al
"agresor" una "compensación". En este sentido, confía en
recurrir a los tribunales y también en que Ucrania pueda recibir los fondos
congelados a Rusia en el marco de las sanciones.
► Rusia
bloquea hasta 300 barcos con cereales, en medio de su guerra contra Ucrania
Las fuerzas rusas han
impedido que hasta 300 barcos salgan del Mar Negro, bloqueando así una de las
principales rutas comerciales mundiales de cereales. La fértil región es
conocida como "el granero del mundo".
►
9 de Mayo: La
fecha simbólica para declarar el fin de la invasión a Ucrania
La inteligencia ucraniana asegura que el dictador ruso pretende terminar la incursión antes de un tradicional desfile militar que realiza todos los años
Ucrania y los 30 días de fracaso de Putin
Manuel Malaver – DdC- Me cuento
entre los millones que creyeron que bastaría una semana, -o a lo
sumo dos,- para que el ejército ruso ocupara a Ucrania y luego de un
“tratado” que la reanexara al primer imperio “oficializado” en el “Siglo
XXI”, partiera en dos la historia que nos prometía un mundo
globalizado, pacífico y avanzando hacia la inteligencia artificial y la interconexión
inalámbrica y digital.
El dictador Putin y la pandilla de políticos y militares que lo
secundan decidieron, por el contrario, retrotraernos al Siglo XX, o
quizá al XIX, a los tiempos en que, como en rapiña de buitres carroñeros,
potencias, semipotencias o casi potencias inundaban de sangre la
tierra para repartírsela entre príncipes, reyes y emperadores.
Pero sin pensarlo ni esperarlo, llegamos a las dos últimas
guerras mundiales, la Primera y Segunda, en las cuales la carnicería y la
sangre derramada llegaron a tales volúmenes y niveles que
los sobrevivientes, por primera vez en la historia, concluyeron en un
planeta de paz, unión y fraternidad de la que derivara una suerte de
gobierno mundial, la ONU (Organización de Naciones
Unidas) que funcionara como un foro donde se
conocieran, discutieran y resolvieran los conflictos antes de
empezar.
Y así ha sucedido algunas veces, menos cuando los involucrados
en los choques forman parte del llamado Consejo de Seguridad de la
ONU, que es la cúpula de los países ganadores de la II Guerra Mundial
(EEUU, Rusia, Francia e Inglaterra y China que fue agregada
posteriormente) y hacerse guerras o hacérsela a otros, sin que el resto de
los países integrantes de la organización (unos 190) pueda evitarlo.
Esa es la situación de Ucrania, invadido desde hace un mes por un país que
es miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, igualmente sin
posibilidad de recibir una ayuda militar efectiva por parte de Unión
Europea, ni de la OTAN (multilaterales de las cuales no hace parte) y, por
tanto, obligada a hacer frente casi sola y con la única fuerza de su
Ejército y sus 40 millones de habitantes, a una potencia bárbara,
aislada desde hace décadas al ordenamiento jurídico
internacional, que envía a terroristas a envenenar opositores en
otros países, que ya hizo guerras de tierra arrasada contra Georgia y Chechenia,
que es convicta de destruir con un bombardeo a la ciudad siria de Alepo, y
ahora pretende imponer su báculo imperial y expansionista anexando y
destruyendo a Ucrania.
Y todo mientras un comercio abundante y fluido con países clave de la UE,
como Alemania, al cual suministra el 80 por ciento de su consumo de petróleo
y gas, sin contar que maderas, oro, artículos de ornamentos y de útiles
para vivienda y fábricas ruedan a lo largo y ancho de miembros de ONU
y la UE que deben aceptar de brazos cruzados la pretención de reducir
a polvo la resistencia de uno de los países de la Europa y Asia modernos.
Criminalidad que ya dura un mes y sin que se vean señales de que los
ejércitos de Putin puedan regresar a casa a preparar nuevas
agresiones contra naciones soberanas que no le merecen confianza ni
simpatía y se vea animado a recrear aquel imperio que pretendieron hacer
Lenin y Stalin con los resultados de todos conocidos.
Por que, a diferencia de lo que esperamos muchos, el pueblo ucraniano sin
el masivo apoyo militar de los EEUU, de la Unión Europea, ni la OTAN,
ha enfrentado a Putin y sus ejércitos y no una guerra relámpago, ni de
una, dos o tres semanas, sino de cuatro tiene a los invasores realmente
comprometidos con el miedo que de resultar una guerra larga, termine
defenestrando al gobierno del dictador eslavo y su pandilla de
militares y civiles y no al del presidente Volodomir Zilensky y su pueblo.
Milagros se le han visto hacer a los ucranianos en
estas semanas en ciudades como Mariúpol, Odessa, Zaporiyia, Jarkov
y Kiev, sujetas al hostigando de bombardeos y ataques terrestres
noches y días, pero sin que hasta ahora pueda decirse que alguna
de ellas haya sido tomada por los invasores rusos.
Han provocado la muerte, eso si, de casi 3 mil de sus defensores y la
búsqueda de refugio de 3 millones de ucranianos hacia los países
vecinos (Polonia, Moldavia, Rumanía y la RepúblicaCheca) sin contar los
invaluables daños a la infraestructura física, pero la Ucrania, la
heroica Ucrania sigue ahí, de pie y sin síntomas de que en ningún momento
dejará el campo de batalla.
Del otro lado, un ejército ruso que pierde velocidad y eficacia en sus
ataques, con bajas que se acercan a los 2º.000 soldados, la pérdida
de equipos aéreos, terrestres y marítmos que ya producen atascos en
algunos espacios del frente, en tanto el abastecimiento en alimentos,
combustible y falta de repuestos es cada día más dramático.
En definitiva que, frente a la perspectiva de una guerra a mediano o largo
plazo, Rusia puede verse en pocas semanas paralizada por las
sanciones de la UE, Estados Unidos y otros países de América, Asia y
África en una grave crisis de desabastecimiento alimentario, sin acceso a
los mercados financieros internacionales, con millones de rusos huyendo
del país, fábricas y fincas abandonadas y más y más gente protestando
y exigiendo el fin de la guerra y del gobierno del dictador Putin.
Una auténtica victoria para el pueblo ucraniano que, no obstante, tendrá
que enfrentar y resolver su crónica crisis interna postsoviética, que
ya se alarga por dos décadas y que alcanza problemas políticos, sociales,
económicos y de gobernabilidad.
Entre otros, la normalidad en sus relaciones con tres millones de rusos que habitan la región del Donbas, que aspiran a ser reconocidos como una república independiente y con facultades para tomar el destino con relación a su Madre Patria, Rusia, que decidan sus habitantes.
Putin, "acude,... te estamos esperando..."En lo que toca a Europa, a EEUU y al conjunto del Mundo Occidental, el choque entre Ucrania y el país que pretende rediseñarle su destino, Rusia, es evidente que introduce cambios en la Agenda del “Nuevo Orden Mundial” que ya desde la ONU y el Foro de Davos, se daba como el nuevo formato o reseteo que debía tomar el planeta, transformando conceptos tradicionales como la relación de la pareja humana, la naturaleza de la familia, la ideología de género y una actitud más abierta o permisiva con relación al aborto.
En definitiva, un avance o retroceso que el tiempo dirá su racionalidad, porque en lo que toca a la naturaleza humana, es difícil que se le tome como un “conejillo de India” de laboratorio.
Biden carga a una niña que fue desplazada por la invasión rusa (26.03.2022)
Joe
Biden y su discurso para la Historia
Bartosz
Dudek – DW: Las palabras que el presidente
estadounidense Joe Biden pronunció el sábado en Varsovia fueron históricas.
Palabras que por momentos recordaron el famoso discurso
de John F. Kennedy en Berlín o el de "sangre, sudor y lágrimas" de
Winston Churchill.
Las palabras más importantes fueron dirigidas al
presidente ruso Vladimir Putin:
- El mundo libre permanece unido y los planes
imperialistas del Kremlin fracasarán.
- Ucrania tiene derecho a la libertad y la soberanía.
- La decisión de Putin de invadir Ucrania arruinará la
economía de Rusia y robará a los rusos la oportunidad de un futuro mejor.
Desde Polonia, Biden envió un mensaje claro al mandatario
ruso: la solidaridad con la OTAN es una "obligación sagrada" y
Estados Unidos "defenderá cada centímetro del territorio” de la alianza
militar. Pronunciadas ante el Castillo Real reconstruido de Varsovia, cuya
destrucción por parte de Alemania en 1939 es un símbolo perdurable de la
barbarie de la guerra, estas palabras tuvieron un gran significado para los
anfitriones polacos.
También hubo momentos conmovedores en el discurso de Biden.
Horas antes, aseguró que había conocido a una niña ucraniana que había sido
desplazada por la invasión. Ella preguntó qué pasaría con su padre y su
hermano, que se habían quedado para pelear. Es esta humanidad desnuda y
empatía, en parte, lo que hace de Biden el líder del mundo libre.
"Una
sociedad libre”
Churchill no prometió una victoria rápida y fácil sobre
la tiranía en su discurso de 1940. No, tomará mucho tiempo y tendrá un alto
costo. Alemania también tendrá que salir de su zona de confort.
El discurso de Biden estuvo lleno de elogios para sus
anfitriones polacos, quienes en un gran despliegue de humanidad han abierto sus
hogares y sus corazones a los ucranianos desplazados por la invasión de Rusia.
Y sin embargo, también tuvo un golpe para el partido
nacionalista gobernante Ley y Justicia (PiS), al mencionar la libertad de
prensa entre los principios "esenciales en una sociedad libre". Un
proyecto de ley vetado a finales del año pasado por el presidente polaco
Andrzej Duda habría obligado a TVN, una emisora estadounidense crítica del
PiS, a salir del mercado de medios. El discurso del sábado comenzó y terminó
con las palabras pronunciadas por el polaco Juan Pablo II cuando se convirtió
en papa en 1978: "No tengan miedo". En ese momento, estas palabras
inspiraron la resistencia al régimen de influencia soviética en Polonia y
finalmente ayudaron a poner fin a la dictadura.
El discurso de Biden 44 años después tenía la misma
intención: inspirar coraje y declarar el fin de la tiranía como objetivo.
"Y que Dios defienda nuestra libertad”, expresó Biden.
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