ATAJOS: REVOCA, TROPIEZA Y CAE
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► VENEZUELA, CON MAYOR PERCEPCIÓN DE CORRUPCIÓN
► REVOCADOS LOS ATAJOS - Carlos Blanco
► SÚMATE: ‘CNE’ IMPOSIBILITA ACTIVAR REVOCATORIO A MADURO
► CÉSAR PÉREZ VIVAS: A PARTIR DE HOY MADURO ES DOBLEMENTE ILEGÍTIMO
La burla del CNE
El Nacional: No es que en realidad el referéndum revocatorio fuera considerado del todo viable, pero lo que pone en marcha hoy el Consejo Nacional Electoral es una gran burla a los venezolanos.
Es sencillamente reírse de la Constitución y
de todo el país, y así hay que anunciarlo a todo el mundo.
Cualquier titular, nacional o internacional,
que diga que hoy se lleva a cabo la recolección de firmas para activar el
proceso revocatorio del mandato de Nicolás Maduro le hace el juego a este CNE
cuyo objetivo es complacer las directrices de Miraflores y volarse de un
plumazo el artículo 72 de la Carta Magna. En conclusión, para ellos no existe
la Constitución, no es solamente que la violan constantemente.
No hace falta que admitan su culpa, pues
tampoco es que hicieron el esfuerzo de disimular. 12 horas de actividad con
1.200 máquinas captahuellas repartidas en todo el país en una lista de
direcciones que se conoció hace apenas 48 horas para recibir por lo menos a 5
millones de electores es demasiada evidencia.
Pero lo importante de esta jornada es que no
podrá repetirse, no podrá solicitarse nuevamente el ejercicio de este derecho
ni que se lo pidan los 20 millones de venezolanos inscritos en el registro
electoral. Por eso, es momento de que la oposición revise realmente las
estrategias que ha puesto en marcha, si es que las tuvieran, porque tampoco lo
de llamar a marchas y movilizaciones pareciera ser la solución, mucho menos en tiempos
de ómicron.
Insistir, además, en la mesa de negociaciones
luego de que el gobierno de Maduro dejó claro que no le interesa en lo más
mínimo sentarse con los opositores para buscar solución al cambio tan necesario
en Venezuela parece ser otro callejón sin salida.
Por más que la oposición insista en que la
solución debe ser electoral, quizás es mejor que comiencen a reflexionar y a
debatir, ¡por favor, en privado!, sobre los recursos que les quedan primero, y
principal, para recuperar la confianza de los venezolanos descontentos; y en
segundo lugar, para hacer que Maduro y su combo reconozcan que el tiempo se les
acabó.
Ya basta de hacerse los inocentes y confiar
en organismos como el CNE o el TSJ; ni siquiera es lógico que cuenten con la
Asamblea Nacional, ni la de 2015 (que no tiene poder real) ni la de 2020. Los
venezolanos no tienen tiempo para seguir cayendo en trampas.
Revocados los atajos
Carlos Blanco – El Nacional - Las epopeyas de la ciudad dicen que no se pueden ―ni deben― tomar atajos para hacer que Nikolai salga de Miraflores. Se insiste en que, más bien, debe ser un esfuerzo de empujoncitos, razonamientos frecuentes, intentos de asustarlo, y muy especialmente obligarlo a “que se cuente”. El fundamento último de quienes ven estas posibilidades es que si al Stalin de Cúcuta se le dice que tiene miedo, que está asustado, que no se atreve, entonces morderá el anzuelo y cometerá su último suicidio: admitirá unas elecciones libres, los votos lo sacarán de su covacha y el país será libre. Una versión del cíclope gigante opositor que le dice con frecuencia al temeroso Nikolai “a que no me quitas esta pajita”.
1.
La más reciente peripecia para evitar los atajos de la salida rápida
-un, dos, tres- es el intento de revocatorio presidencial. Es vendido como un
camino ciertamente más lento, pero que ofrecería unas seguridades que los
inventos radicales se abstienen de presentar. El argumento tiene la convicción
de la transitividad, si A=B, y B=C, luego A es necesariamente igual a C. Dicho
en buen romance: si la mayoría está contra el régimen y si el régimen se
cuenta, el régimen está derrotado. Entonces, habría que forzarlo a contarse
para completar la faena. No es solo hipótesis sino que cuando se ha contado
efectivamente se le ha derrotado, como en la elección de la Asamblea Nacional
de 2015 y más recientemente en el estado Barinas.
2.
Inspirados por esas indudables, y tan fugaces como fugadas,
victorias, eso que llaman el resorte democrático del país o el ADN libertario
se pondría nuevamente en juego para los dos hitos que ahora embelesan: el
referendo revocatorio presidencial y las elecciones del reemplazo en 2024.
Antes de proseguir: ese “resorte” o ese “ADN” constituyen peticiones de
principio, indemostradas; como si haber vivido 40 años en democracia eximiera a
que esos mismos que la disfrutaran se propusieran derrocarla, no por un golpe
de inconsciencia sino por su más perfilada voluntad. Pero sigamos…
3.
Como se sabe, el jefe del Kremlin cataqueño admitió, disfrazado
de payaso con el ánimo del guasón, el revocatorio como una figura institucional
y electoral. Sus partidarios ―sorprendidos con la socarronería― han pegado el
grito en el cielo y hasta los representantes de Capriles y de Rosales en el
Consejo Nacional Electoral han manifestado su estudiado asombro, porque así las
votaciones no serían ni “medianamente transparentes”.
4.
¿Qué ha pasado ángel de amor para que en esta apartada orilla,
en vez de salvar la honrilla, has creado resquemor? La respuesta es clara: los
camaradas están dispuestos, por aquello de la honrilla, a distribuir espacios
controlados, a admitir derrotas cuando se les complican las previsiones en esos
espacios, pero jamás admitirán sin guerra que el núcleo del poder sea
reemplazado, a menos que una fuerza superior los obligue. ¿Referendos,
elecciones para que Maduro se vaya? Nunca, salvo simulacros, procesiones
bailaditas, que al final terminan a palazo limpio o a machetazos.
5.
El revocatorio parece haber sido anulado ya; sin embargo, no hay
que descartar una parodia de rectificación, según la cual en vez de acabar con
esa consulta cortándole la cabeza, vía Tribunal Supremo, se logre el mismo
resultado con veneno de alta potencia, modificándolo aquí y allá. El caso es que
–debe decirse de nuevo- no hay manera de que los rojos salgan del poder por vía
de la comisión de avenimiento, ansiosa de reencontrarse en México para el
exorcismo habitual.
6.
Cuando se les escapa la liebre como con la AN-2015 y Barinas
(hay más ejemplos) ocurre el proceso de asfixia mecánica conocido: se anula su
actuación, si no hay rendición incondicional hay cercenamiento de espacios,
atribuciones y símbolos. Lo que perdura de esa AN es un presidente ambulante,
una comisión delegada y diputados que no tienen condiciones para ejercer su
función, aunque algunos pocos se hayan convertido en potentes voces en el
desierto.
7.
El próximo señuelo es el de las elecciones de 2024 en el que, ya
pregonan, si nos unimos todos (incluidos aquellos que quieren cohabitar con el
régimen y los que se plantean sacarlo) entonces Maduro no tendrá remedio sino
aceptarlo. Claro, como es previsible que no lo haga, siempre queda otro
argumento: si hace trampa le demostraremos al mundo todo, y a la gente de Marte
y de Júpiter, que Maduro hace trampa. No se saldrá con la suya -aseguran-
porque los desenmascararemos.
8.
Como se puede apreciar, los verdaderos atajos son esas
elecciones engañosas que ofrecen sacar a Maduro por la vía de convencerlo de lo
bueno que es que él salga de Miraflores. Esos son los atajos para llegar a
ninguna parte, son esos giros impresionantes y llenos de riesgos de 360 grados
destinados a desenmascarar a quienes tienen infinitas máscaras de reemplazo.
9.
¿Y tú qué propones? ¿Yo? ¿Me preguntas a mí? Yo me copio de alguien
que propuso hace tiempo, con voz insegura, pero braceando en el río de los
acontecimientos, lo único deseable y posible: “el cese de la usurpación”. ¡Ah,
claro! Pero, ¿cómo? Mediante la elección, selección, escogencia, de una
dirección política comprometida con ese objetivo que organice y coordine las
fuerzas domésticas e internacionales. ¡Pero es que a nadie le interesa
Venezuela hoy! Es verdad, porque solo interesa lo que bulle, hierve, se
moviliza, como en 2002, 2003, 2004, 2005, 2007, 2012 y 2013, 2015, 2017 y 2019
la última vez.
10.
Cuando alguien te responde coge un fusil y vete a Miraflores,
nadie te lo impide, se ejerce uno de los más miserables chantajes porque la
condición para “coger un fusil” es que haya una dirección que lo quiera, que
esa dirección organice a las fuerzas militares y civiles, que se busquen las
alianzas para lograr esa finalidad. Es el tipo de argumento que responde cuando
tú dices que no te gusta ese cuadro de Picasso: ¡anda pues, píntalo tú!
11.
O como cuando alguien dice que Maduro es ilegítimo desde, al
menos, 2018, y te responden: es el que atiende el teléfono en Miraflores, como
ocurría con Pérez Jiménez al que ni Rómulo, ni Caldera, ni Gustavo Machado, ni
Jóvito Villalba, llamaron aunque sabían que era el que contestaba allí.
Complemento de lo cual es decirte que si no lo reconoces igual no deberías
sacarte un pasaporte que es producto de la misma administración al meter en el
mismo saco un derecho de identidad ante el Estado al que no puedes ni debes
renunciar con la acción de un régimen usurpador al que puedes y debes combatir.
12. Los atajos son aquellos que no solo demoran sino que desvían del objetivo principal. Las elecciones que procuran sacar a Maduro del poder sin la fuerza que lo haga posible, lo que hacen es estabilizarlo. Ya vimos a los gobernadores del G4 rendir reverencia a Maduro porque, en verdad, Maduro es el que contesta el teléfono. Además tiene un celular que puede contestar desde la playa.
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