AZNAR: MADURO, NEGOCIAR, HUMO Y TIEMPO
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- ¿NEGOCIAR ES CAER DE NUEVO EN LA TRAMPA DE
MADURO?
- LA IMPORTANCIA DE NEGOCIAR
CON EL DUEÑO DEL CIRCO Y NO CON LOS PAYASOS
- MADURO, EL POLÍTICO,…UN ASTUTO DELINCUENTE
JOSÉ MARÍA AZNAR:
“NEGOCIAR CON MADURO, NO ES MÁS QUE PERDER EL TIEMPO” –Ahora
tiene usted el caso de Venezuela un caso donde ahora se va a inventar una
fórmula negociadora que, en mi opinión, no es más que perder el tiempo otra
vez. No es más que administrar humo. Nicolás Maduro está muy crecido por los
desórdenes de Colombia y por la victoria en Chile.
ANDRÉS VELÁSQUEZ - Maduro
se burla de elecciones y hace de ellas lo que le da la gana. Hace lo que quiere
con CNE. Se burla del hambre que padece el país. Se burla de los DDHH. Se burla
del derecho a vacunación masiva y se burla de posibilidad de un acuerdo
integral de salvación nacional
Antonio Ledezma: Como dijo el Precursor Francisco de Miranda: "Bochinche, bochinche…". Mientras se monta fiesta electoralista, viendo a cada quien en lo suyo o por su cuenta, Maduro goza y goza sobre ruinas de un país colapsado. ¿No será posible una estrategia compartida para salvar a Venezuela?
¿Negociar es caer de nuevo en la trampa de Maduro?
Humberto García Larralde – El
Nacional - La propuesta de negociación de un Acuerdo de Salvación Nacional con el
régimen de Maduro, lanzada por Juan Guaidó el 11 de mayo, parece haber
vivificado la política de la oposición democrática.
Por lo menos eso es
lo que se desprende de la controversia que ha suscitado. Se propone lograr:
·
La convocatoria pública de elecciones presidenciales, parlamentarias,
regionales y municipales, con condiciones electorales adecuadas y
reconocimiento internacional.
·
La entrada masiva de ayuda humanitaria y de vacunas contra el covid-19.
·
Garantías democráticas para todos los actores políticos, tanto del
chavismo, como de la oposición, lo que incluiría la liberación de todos los
presos políticos y la consideración de medidas de justicia transicional, en un marco
de reconciliación política y de reinstitucionalización del país.
·
Un compromiso internacional para la recuperación de Venezuela, que
permita el levantamiento progresivo de sanciones, sujeto al cumplimiento del
acuerdo.
Esta propuesta, como
insistió Guaidó al anunciarla, solo será posible a través de un proceso
simultáneo de presión y negociación, nacional e internacional.
Para voces radicales
de oposición se trata de una ilusión, cuando no de una traición, ya que obvia
la naturaleza del régimen: éste no llegará a acuerdo alguno que pudiera
contribuir a su salida. Por tanto, se estarían sembrando falsas expectativas a
la población y a la comunidad internacional, que siempre ha apostado por una
salida negociada, haciéndole el juego a Maduro para que alargue su permanencia
en el poder. En tales términos, las opciones se reducen a una intervención
extranjera o un golpe militar.
Pero despachar el
análisis con descalificativos fáciles, además de injusto, es contraproducente,
ya que impide evaluar seriamente los alcances de lo que se propone. No puede
sostenerse, a estas alturas, que Guaidó y quienes lo acompañen desconozcan la
naturaleza fascista del régimen. El proceso de desengaño de los venezolanos
sobre sus verdaderas intenciones ha sido demasiado duro, prolongado, amargo y
costoso en lo humano. Lo que mueve a
Maduro y los suyos no tiene nada que ver con el bienestar de sus compatriotas
y, no obstante su retórica “revolucionaria”, no los anima proyecto alguno, sea
socialista o nacionalista, que permitiría arribar a soluciones consensuadas con
la democracia. Su objetivo central es,
por encima de todo, perpetuarse en el poder para continuar expoliando el país.
De ahí que no rectifican sus ruinosas políticas ni les preocupa restablecer el
ordenamiento constitucional porque, junto a la instauración de un régimen de
terror contra la oposición, son consustanciales con este fin. La consecuente
miseria, hambre y muertes evitables, les rueda. Si levantaron algunos controles
de precio, permitieron la dolarización transaccional y aprobaron una “ley
antibloqueo” para vender activos públicos, fue porque no les quedaba de otra.
Acusar a Guaidó de desconocer la naturaleza del régimen solo busca descalificar
todo intento de negociación y a él como líder.
Pero, entonces, ¿a
cuenta de qué una negociación con estos personeros puede tener futuro? La razón
está en que el régimen tiene tanto o más interés que la oposición en explorar
salidas, porque su prolongada actividad parasitaria ha minado sus propias bases
de sustento. El régimen de expoliación instaurado es cada vez menos viable y
expuesto a pugnas internas de todo tipo, en competencia por lo que queda de
botín. Y, un poder que descansa sobre
alianzas forjadas con militares traidores, bandas criminales y estados-paria
para depredar a la nación, corre peligro cuando merman tan drásticamente los
recursos a compartir. Adicionalmente, Maduro y sus cómplices están
imputados por fiscales de Nueva York y Florida de narcotráfico, lavado de
dinero y terrorismo y tienen encima una investigación de la Corte Penal
Internacional, además de la condena de los organismos de defensa de los
derechos humanos de la ONU y la OEA, como de reconocidas ONG. A muchos se les
han congelado las cuentas que poseen afuera de dineros mal habidos. Más allá, Alex
Saab habrá de ser extraditado a Estados Unidos y se anticipa que, para
disminuir su condena, divulgue los intríngulis de sus ilícitos con Maduro.
De ahí el interés en
negociar, con la esperanza de que, al tomar una que otra medida en la dirección
esperada y ceder en algún requerimiento, les sean levantadas las sanciones y
consigan el ansiado respiro para seguir con sus “negocios”. En este orden
encaja la anuencia de Maduro, ¡al fin!, de permitir, la entrada de ayuda
humanitaria del Programa Mundial de Alimentos, así como de vacunas anticovid (a
pesar de su sabotaje inicial, ¡porque Guaidó había contribuido en concertar el
programa Covax para el país!); el nombramiento, por parte de la AN chavista, de
dos demócratas como rectores principales del CNE; la concesión de arresto
domiciliario, en lugar de cárcel, a los directivos de Citgo; la confesión, por
parte de la Fiscalía, de que el concejal Fernando Albán fue asesinado y
torturado estando preso en el Sebin, que el capitán Arévalo también sufrió
torturas (que produjeron luego su fallecimiento) y que la muerte del estudiante
Pernalete fue homicidio, perpetrado por un guardia nacional.
¿Esto nos lleva a
creer que, por fin, Maduro está retornando al redil constitucional y que
reconoce que ha vulnerado derechos fundamentales de los venezolanos? ¡En
absoluto! Pero se ve forzado a abrirse a un proceso de negociación. De ahí los
gestos referidos. Pero no todos los de su bando están contentos con ello. El
ansiado alivio presupone sacrificar o marginar a algunos. La apropiación de las
instalaciones de El Nacional por parte del asaltante de
caminos que ha revelado ser Diosdado Cabello tendría explicación desde esta
perspectiva. A él no lo ningunea nadie y toma medidas para demostrarlo. Medidas
retrógradas contra las ONG y la amenaza de avanzar hacia formas de “Estado
comunal”, pudieran ser expresiones en el mismo sentido. En ese tinglado de
mafias que viven del régimen de expoliación implantado –y que constituyen su
principal apoyo— se agudizan las contradicciones. La muerte y captura de
soldados en Apure, por parte de una disidencia de las FARC, son la medida de
los riesgos involucrados en pactar este tipo de apoyos. Habrán de presentarse
nuevas manifestaciones de ello.
Más indicativo aún de
la desesperación que parece embargar el régimen por aliviar su situación es la
revelación de su oferta de vender Pdvsa “por piezas”, sin pasar por
licitaciones públicas ni regulaciones legislativas, y que les proveería un
monto que sumaría 77 millardos de dólares[1]. Pero tal oferta tendrá muy poca
viabilidad si el régimen no logra negociar el levantamiento de sanciones.
De ahí la
potencialidad de la propuesta de Guaidó. Vincula necesariamente una negociación
de esta naturaleza con un programa de compromisos a cumplir, que desembocarían
en unas elecciones presidenciales y legislativas creíbles y aceptables. Por
supuesto, lo clave está en jugar cuadro cerrado con los países democráticos que
apoyan el retorno de la democracia en Venezuela y de los que depende el
levantamiento de estas sanciones. Obviamente, Maduro y los suyos no darán su
brazo a torcer, por lo que la amenaza de reforzar las sanciones y de interferir
los apoyos de Rusia, Cuba, Irán y China podrá ser decisiva. La negativa de las
mafias a ceder debe traducirse en un costo inadmisible para sí. En el plano
interno, presupone limar las diferencias entre sectores de la oposición
democrática y forjar los consensos y la unidad de propósitos que permitan
alimentar la confianza de la comunidad internacional en su seriedad y
responsabilidad. Si el acuerdo de salvación nacional es respaldado por todos y
cuenta con un sólido apoyo internacional, habrá de debilitar aún más a los
fascistas.
Desde esta
perspectiva, la discusión, ahora divisiva, sobre si participar o no en los
comicios regionales y municipales convocados pasa, por los momentos, a un segundo
plano. Se subordina a la conquista de condiciones apropiadas para la
realización de elecciones, esbozada como primer punto del acuerdo propuesto.
¿Es realmente positiva la designación de Enrique Márquez y Roberto Picón al
CNE? Tendrá que ponerse a prueba en los próximos meses.
- Humberto García Larralde es un economista venezolano. Es Individuo de Número de
la Academia Nacional de Ciencias Económicas y presidente de la misma .
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